Miércoles, 4 de enero de 2017.– El Registro Civil de Buctzotz se negó a asentar el nombre del pequeño Yojel Ja’il (el que sabe que es agua, en idioma maya) en “los libros de la vida” por ser el suyo un nombre “extraño”, por no ser “mexicano” y por ser fuerte candidato a ser víctima de bullying en el futuro.
“No es un nombre extraño, es un nombre maya”, señaló el escritor maya Pedro Uc Be, dos veces galardonado con premios en poesía en los últimos meses.
–¿Cómo es un nombre mexicano?
–Por ejemplo: Juan Carlos…
–¡Ese es un nombre español!
En parte parece comprensible la actitud, pero luego uno se da cuenta que estas personas que ocupan puestos públicos pocas veces tienen la preparación y la sensibilidad para atender situaciones como ésta, señala Uc Be.
En vista de la negativa rotunda a registrar el nombre que se pedía, Pedro Uc, quien acompañaba a sus sobrinos a registrar al recién nacido, pidió que la oficina le entregue un documento oficial en donde conste la negativa y las razones, porque los afectados estaban dispuestos a interponer un amparo para hacer valer sus derechos.
–Lo estoy poniendo a salvo del bullying– aseveró la funcionaria civil.
–Tú le estás haciendo bullying en este momento –le respondió Uc Be.
–A fin de cuentas, ¿por qué no dejas que decidan los papás?
–Eso hago: que los papás, no el Registro Civil, decida el nombre de su propio hijo.
Los padres cedieron sin embargo a las razones de la escribana, porque no querían problemas y porque querían que el niño de una vez quedara registrado. El recién nacido quedó asentado como Yojel (el que sabe), siendo omitido Ja’il.
Sin embargo, el problema se origina del software del Registro Civil, pues el sistema no permite registrar nombres que contengan una glotal, es decir la comilla simple. Si usted elige el nombre de K’inich, el sistema sólo le registraría Kinich… Y ya no es lo mismo, desde luego.
Con este “sistema único” del Registro Civil es prácticamente imposible registrar a niños con nombres indígenas que necesitan una glotal.
En los últimos años muchos son los padres que eligen un nombre maya para sus hijos pero no han llevado el asunto hasta las últimas consecuencias, porque “tratándose de la lengua maya basta que una palabra esté mal escrita para cambiar todo el sentido”, advierte Uc Be, también profesor de la lengua.
La cultura maya vive hoy día un nuevo florecimiento en las ciudades gracias en gran parte al trabajo de décadas de promotores y artistas. Reivindicar nombres mayas y reivindicar apellidos mayas, antes vergonzantes, son hoy comunes y forma parte de este nuevo florecimiento.