Mérida, Yucatán 12 de junio de 2017 (MayaPolitikon).– Una semana después de haber despedido a su coordinador en Peto, Rudy Coronado Góngora, a quien fue señalado por desviar recursos de la institución, la CDI despidió este lunes a cuatro trabajadores de esa sede del sur de Yucatán por presuntas irregularidades derivadas de auditorías pero los trabajadores argumentan parcialidad del auditor la cual entregaron por escrito a la CDI.
Esto ocurre mientras que en los proyectos de la Universidad del Mayab se registraron innumerables deficiencias expresadas por la comunidad pero que el auditor pasó por alto.
“Somos chivos expiatorios. Las autoridades de la institución nos quieren fincar responsabilidades, cuando nosotros solo nos apegamos a las reglas de operación y a las indicaciones de nuestras autoridades”, se justificaron los extrabajadores del sindicato No. 6 del Centro Coordinador de Desarrollo Indígena de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) con sede en Peto, según reportó el comunicador maya Bernardo Caamal en su Facebook.
Los entrevistados afirman que fueron despedidos de forma injustificada por las autoridades, pues no les dieron explicaciones claras y satisfactorias.
La CDI no permitió que entraran a sus labores esta mañana a Isaías Marcial Pérez (con 28 años de servicio), Emilio de Jesús Ku Puch (26), Wilbert Efraín Can Acevedo (23) y Miguel Ángel Yupit Martin con nueve años de servicio.
Entrevistados y videograbados, explicaron que “fueron alrededor de 80 proyectos auditados, y al finalizar no hubo grandes observaciones que no se puedan solventar (en la parte que les corresponde), mientras que los que están vía convenio que son más de 60 que estuvo bajo la responsabilidad de la Universidad del Mayab (de acuerdo a las reglas de operación 2016) señalaron que hubo numerosas quejas de parte de la comunidad, ya que la Universidad en donde pudo ir, sólo recopiló firmas y tomó las fotos de los proyectos pero nunca hizo el trabajo que le corresponde, y eso lo informamos vía oficio a nuestras autoridades”, señalaron.
–Nos despidió el delegado de la CDI de Yucatán “que por falta de confianza”, y ahora retiraron nuestras tarjetas laborales, y según por algunas inconsistencias por recientes auditorías que hicieron en la institución –acertaron a señalar.
Los ex trabajadores de la CDI relataron a Bernardo Caamal Itzá los momentos que han pasado, desde hostigamiento y encerronas contra su voluntad. Incluso el área jurídica de esta institución los llevó bajo presión hasta oficinas e incluso les pidió el celular.
–Fueron momentos tortuosos, llegamos ahí a las 7 de la noche, y salimos más de las 12 del medianoche.
Lo peor fue a los directores y trabajadores de los 14 albergues. Muchos se quedaron a dormir en las intemperie de la institución, incluso muchos fueron amenazados para no hablar.
-Lo más curioso es cómo la encargada del albergue Yamile Farjat Alcocer, responsable de los albergues de la CDI en Yucatán, nos pedía documentos en un dos por tres, luego de que muchas de esas comunidades no cuentan con celular para coordinarse.
¿Cómo operan el dinero de los albergues? “Pues todo con el administrador, él sabe su trabajo y lo hace de acuerdo con la normativa, nosotros no manejamos dinero en efectivo, eso es el director del albergue y lo valida con la comunidad” pero fue claro, les valió un cacahuate lo que decimos: ellos vinieron a “cortar cabeza”.
En una información publicada el lunes 5 pasado, YucatánAhora da cuenta del despido de Rudy Coronado Góngora por desvíos de recursos durante cuatro años de su cargo y la llegada del delegado de CDI Yucatán, Jesús Vidal Peniche, a entregar el cargo al nuevo director José Luis Narváez Castro.
La misma fuente pone de relieve la “mano dura” que mostró del nuevo director quien habría advertido que de no responder a las expectativas ciertos trabajadores serían “banqueados”.
En círculos cerrados de Peto y Mérida se ha rumorado desde siempre la manera en que Rudy Coronado dirigía la CDI en esa lejana villa del sur, pero también se sabía que era hombre de confianza del delegado. Un caso muy sonado, pero que nunca trascendió, es un millonario recurso que recibieron los “promotores turísticos” en la comunidad de San Mateo, donde han hecho del cenote del pueblo un atractivo. Un proyecto que dividió a la comunidad y hay mucho que contar.