Energía renovable, “energía de muerte” para los indígenas, le dicen a Semarnat en Mérida

Nos prometieron empleo y prosperidad, pero más de diez años después resentimos más pobreza, la fractura de nuestro tejido social y el aumento del crimen organizado.

Asimismo, el abultamiento de nuestras facturas de la CFE: alrededor de 2000 pesos bimestrales, y precisamente en un área donde funcionan ¡28 parques eólicos!

Habla Bettina Cruz Velázquez, líder de la Asamblea Indígena del Istmo de Tehuantepec en la Defensa de la Tierra y del Territorio (AIITDTT).

“En realidad, la energía que se produce en nuestro territorio está destinada a grandes empresas, no es a nosotros –asevera–. La consumen instituciones como el Ejército y grandes empresas como Sears, Coppel, Chedraui… “

Llaman energía renovable, llaman energía limpia a ésta que se genera en nuestro territorio por medio del viento, pero para nosotros es una “energía de muerte”, denunció Bettina Cruz.

“No podemos seguir viviendo de este modo, es un genocidio”, aseveró una de las líderes más antiguas en la lucha por la defensa del territorio.

Bettina Cruz habló ante enviados del secretario de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) Víctor Toledo Mazur, un grupo que estuvo encabezado por Arturo Argueta Villamar, subsecretario de Planeación y Política Ambiental.

A la delegación, Bettina Cruz le pidió realizar un “estudio de impacto acumulado” de los proyectos, como una manera de resarcir en parte “el mal que se ha hecho al Istmo”.

En la región del Istmo hay 28 megaproyectos y dos minas, informó Bettina Cruz. En una parte de los intercambios de observaciones, el propio Argueta Villamar reconoció que algunos aerogeneradores del Istmo ya son chatarra, que incluso algunos ya lo eran cuando los instalaron.

Representantes de las organizaciones Múuch’ Xíinbal y de la AIITDTT expusieron a los enviados de Toledo Manzur la realidad que se vive en esta área del territorio mexicano, durante una reunión en un edificio del ayuntamiento de Mérida el jueves 22 de agosto pasado.

La reunión tuvo lugar en respuesta a una carta enviada al titular de Semarnat para que viniera a escuchar en persona las calamidades que se viven en el área.

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Antes, el maestro Russel Pebá, de Múuch’ Xíinbal, subrayó la necesidad de incluir el punto de vista de la comunidad en la elaboración de los polémicos estudios técnicos de Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA).

Para nosotros, “el territorio es integral y no puede excluirse a la comunidad”, aseveró Pebá, quien acusó a las empresas de hacer un “mundo al revés”, porque han llegado a afirmar que ”las temperaturas suben por no permitirse la construcción de los parques eólicos”, cuando en realidad es a la inversa.

Recordó Russel Pebá que los estudios técnicos de impacto, los MIA, son hechos a modos para empresas y aprobados por Semarnat, en detrimento de las comunidades que ven instalarse en su territorio granjas porcícolas, agroindustrias, turismos verdes y ahora un “tren maya” por venir que empeorará el panorama.

En Yucatán han sido aprobados 24 proyectos, sólo cuatro menos de los instalados en el Istmo de Tehuantepec y cuyas consecuencias fueron expuestas después por Bettina Cruz.

Los enviados de Toledo expresaron buena voluntad. Dijeron haber sido enviados para “escuchar las demandas”. Que su presencia en la ciudad “pretende fortalece las expresiones comunitarias y recoger el sentimiento” que prevalece sobre el llamado tren maya.

Admitieron que se enfrentan a una tarea gigantesca, pero que están dispuestos a acometerla con el apoyo de la comunidad. “Ganaremos batallas, perderemos algunas, pero vamos a trabajar”, aseguraron animosos.

En todo el territorio mexicano hay 560 conflictos identificados según los enviados y 5160 solicitudes de comunidades para que Toledo en persona vaya a escucharlos.

En Mérida y otros puntos de la República se realizaron foros para escuchar a “representantes indígenas” con el fin de recoger inquietudes y sugerencias que servirán para la elaboración de las políticas sectoriales de la Semarnat.