La Riviera, un “paraíso” accesible para los mayas pero sólo para trabajar

POR BERNARDO Caamal Itzá, ingeniero y comunicador

Foto Bernardo Caamal Itzá / Playas del Caribe

Foto Bernardo Caamal Itzá / Playas del Caribe

 Increíbles paisajes naturales del Caribe donde playas y vegetación hacen de estos lugares un verdadero paraíso, y hoy día la mayor parte ya es inaccesible a los mexicanos, mucho menos a los pobladores mayas que residen en sus alrededores.

A la Riviera Maya (como es llamado estos lugares donde se encuentran los grandes destinos turísticos como Tulum, Xelha’, Akumal), los mayahablantes sólo llegan a prestar sus servicios y regresan luego a las “comunidades” construidas lejos de los lugares turísticos, porque la forma en viven y sus casas “solo afean este paraíso terrenal”, de acuerdo con algunos entrevistados.

Hay lugares de la Riviera, donde adelantándose al endurecimiento de las leyes ambientales, se destruyeron manglares y los cenotes se convirtieron en ríos; hay lugares donde curiosamente el agua del mar entra y circula, asemejando a un río (nosotros vimos cómo se rompió las grandes lajas de los alrededores del mar).

Hasta los primeros años de los ochenta, gran parte de la Riviera Maya era accesible a los mexicanos. Algunas asociaciones civiles “gobernaban el acceso” pero había facilidad para entrar a ellas, y eso cuando gran parte pertenecía al municipio de Cozumel.

 Los grandes caciques del dinero vendieron todo al mejor postor, y la gente ni cuenta se dio; solo la reubicaron a base de engaños y sus casas terminaron pagándola a lo largo de 35 años.

 “Cuando Tulum y otros lugares donde vivíamos la gente trabajadora vio que no mejoraban, varios nos organizamos y logramos que estos lugares sean parte del naciente municipio de Solidaridad, y aún así las cosas no mejoraron, y luchamos de nuevo para que seamos un municipio libre y soberano.

 “Las cosas no mejoraron, quienes ostentan el gobierno local, terminan vendiéndose al mejor postor y al ciudadano le regalan migajas a cambio de su voto para que estos se mantengan al poder y de esa manera la historia se repite de nuevo. A los que somos opositores o solo por el simple hecho de hablar de las cosas que vemos que están mal, nos cancelan permisos, nos hostigan todos los días en los negocios, con tal de cerrarlos; en sí es una forma de corrernos, porque si no trabajas cómo sobrevives…”

 Lugares donde se entremezclan las historias de vida de millones de ciudadanos mexicanos, donde cada uno tiene una parte que ilustra las mil batallas libradas para continuar viviendo en estos lugares. Hoy día en la Riviera Maya, el ciudadano común debe pagar fuertes cantidades para ingresar a ellas. 

No obstante, el paraíso “maya” sigue atrayendo a los jóvenes y adultos porque continúan generando fuentes de empleos aunque malpagados, y con convenios de no más de tres meses –para no generar antigüedad–, pero por lo menos es una opción real en las comunidades de origen.

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