2017, sin lugar para la resignación y la injusticia

Por JESÚS SOLÍS ALPUCHE, profesor y activistas social

Funcionarios federales encontraron a representantes de comunidades decididos

Estamos a unas cuantas horas de concluir un engranaje más en el reloj del tiempo del primer Katún, de la [nueva] Cuenta que se inició en diciembre 2012. Caminamos 2016 con dudas, aciertos y fracasos, y ahora estamos a unas cuantas horas de iniciar 2017, un ciclo –ja’ab– significativo.

Significativo porque el poder de las oligarquías sobre el gobiernos descara su ruta con los energéticos, cuyos precios a partir del 1 de enero aumentará, bajo un Plan de la Comisión Reguladora de Energía que en cadena se extenderá, en obligada alza en el transporte y, sobre todos los servicios y bienes de uso y consumo popular. Todo subirá. Menos los salarios y las pensiones. Así lo dispone una minoría a la que le permitimos poner el valor a las cosas, y principalmente a nuestro trabajo, mientras que las mayorías populares, educados en la resignación católica, priista y panista, dice: ni modo.

2017 también es significativo porque el 5 de febrero próximo nuestra Carta Magna Constituyente cumple un siglo de vida. Y tenemos que decirlo, a pesar del violento desmembramiento, mutilaciones y violaciones de sus contenidos sociales, sigue viva. Su espíritu sigue más vivo que nunca en la interpretación jurídica de los artículos 39, 128 y 136, que nos da todo el poder al pueblo, hasta ahora.

El artículo 39 es el espíritu que defiende la sustancia de nuestra forma de vida política en sociedad. El artículo 128 es el medio que obliga al poder político constitucionalmente a acatar las demandas de nuestros pueblos. Y el artículo 136 contiene el procedimiento para juzgar a quienes, como los neoliberales, han tomado el poder a base de trastornos públicos con mentiras y dinero, para intentar arrebatar a nuestra Carta Magna su vigor y fuerza social, estableciendo gobiernos contrarios a los principios que la misma sanciona.

Este potencial político popular, contenido en nuestra Constituyente, viene desde la primera Constitución de Apatzingán promulgada en 1814, y se precisa en la Constitución de 1857. Pero los mexicanos en tiempos de paz lo hemos ignorado al confiar a una clase política que, desde mediados de 1982, se puso al servicio de las oligarquías multinacionales y por el poder representativo que les conferimos electoralmente están entregando el país a las grandes corporaciones internacionales, a su voracidad y depredación con que explotan nuestras riquezas nacionales.

A nombre de la Nueva Constituyente Ciudadana-Popular y El Barzón-Yucatán, integrado al Movimiento M-18, un proyecto que busca fundir movimientos sociales, ambientalistas, agrarios, indigenistas, magisterial, estudiantiles, de derechos humanos, adultos mayores y padres de familia en defensa de sus garantías ciudadanas; asimismo fuerzas sociales identificadas con la izquierda, con el objetivo de lograr el tránsito de la democracia representativa a la democracia participativa en 2018, llamamos a la ciudadanía yucateca a no resignarse más frente a la privatización de México. Frente a la traición de una clase política que le ha perdido el respeto al pueblo y a la patria.

En el M-18 no se requiere militancia partidista, sino tener la claridad necesaria para entender y distinguir que tenemos que defender con ideas políticas y en forma pacífica, nuestros intereses sociales, como mayorías empobrecidas, en contra de los intereses de las oligarquías que nos mantienen sometidos a base de regular nuestras necesidades.

Tenemos que entender que la resignación es un concepto cultural estratégico impuesto, cuando se maneja en lo general. Uno sólo debe resignarse ante la muerte de un ser querido, porque eso no tiene remedio. Pero resignarse a la injusticia, a los abusos de orden común que la clase dominante nos está imponiendo es complicidad. Y eso es lo que promueven los partidos neoliberales en la formación de sus filas que aspiran a insertarse en el sistema. Y les hacen creer sólo en el cambio de personas, entre ellos, para que todo siga igual, basado en el poder por el poder del dinero.

El M-18 es un movimiento en el que se integren grupos sociales amenazadas en sus derechos por el sistema injusto, y combaten la corrupción y las causas que ocasionan la pobreza, misma de donde se genera la violencia y el crimen; la expansión de los monopolios y defender a los consumidores; e impulsar la defensa de los derechos económicos y sociales de los campesinos, obreros y amas de casa, la defensa de los territorios y los acuíferos, así como de salarios y pensiones dignas para todos los mexicanos y el derecho a la educación y la salud de niños, jóvenes y adultos mayores

2017 y 2018 serán años definitivos, ya que se vislumbra poder cambiar esta forma de sistema en manos de una clase política de vendepatrias, por un poder alternativo, de nuevo tipo. Preparándonos de manera seria, consciente y comprometida para emprender una etapa, desde mañana, día 1 del año 2017, para recuperar el país desde nuestra raíz en 2018, y así emprender la restructuración de la política nacional desde nuestro mismo poder de liberación. Poder para recuperar nuestros recursos naturales de un país hermoso y lleno de riquezas: litorales con dos océanos y mares, playas, minas, territorios, ríos y cenotes con agua abundante. La salina más grande del mundo y los yacimientos de petróleo y gas que según el poeta López Velarde nos escrituró el diablo a cambio de la adoración del Niño Dios en un establo.

A todos ustedes, compañeros que estamos en comunicación constante, les deseo caminos planos esta noche, y que esos caminos nos permitan, tomados de la mano con la esposa, hijos y demás familia, transitar los años por venir. Que esta noche de fin de año y el año nuevo los colme de amor, salud, paz y entereza para enfrentar los retos del futuro. Un fuerte abrazo. [email protected]

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