POR JESÚS Solís Alpuche
Creo que subió en Celestún.
De pronto vino directamente hacia mí. Es decir… hacia el asiento a mi lado y… ¡¡lotería!! Se acomoda.
Estupenda en el lugar de junto.
–¡¡Hola!!, ¿retorno de vacaciones? –le pregunté.
–Ella me mira y responde de manera encantadora:
–De trabajo. Viajo a la Convención Anual de Ninfómanas en Cancún.
Trago saliva…… Aquí esta una de las mujeres más hermosas que he visto
en mi vida, sentada a mi lado. Estaré respirando el aire que respira.
Cerca de dos horas, y va a… ¡una convención de ninfómanas!
Luchando por mantener una actitud correcta, le pregunto calladamente:
–¿Y qué hace usted exactamente en esta Convención?
–Conferencista –me responde–.Hablo desde mi experiencia para desmitificar muchos mitos sobre la sexualidad.
–¿De veras? –le sonrío con escepticismo – ¿Y qué mitos son estos?
– Bueno… un mito muy popular es que los franceses son los mejores amantes,
cuando en realidad son los de ascendencia griega. Y también hemos
comprobado que los mejores amantes en potencia, en todas las categorías,
son de origen español. Otro mito que peca de exageración es que son los negros los
hombres mejor dotados físicamente, cuando en realidad son los indios
o indígenas los que poseen esta cualidad…
De pronto su hermosura gloriosa se incomoda y se sonroja…
–Perdón –se disculpa–. En realidad no debería estar hablando de todo esto con usted cuando ni siquiera sé su nombre!
– ¡Chan tza’ kaan! –le respondo con mucha seguridad–: Chan tza’ kaan de los Santos May, Tzuc Cauich Kanche’, y soy nativo de Kinchil. [Chan tza’ kaan quiere decir “pequeña víbora de cascabel”).
Pero mis amigos me dicen ¡Ki’ dziis!, en nuestra lengua madre… [y quiere decir: el que fornica sabrosamente]