POR BERNARDO CAAMAL Itzá, periodista comunitario
Las Ferias de la Semilla 2016 están siendo un éxito a primera vista, pero detrás de esta apariencia campesinos y organizaciones libran una batalla contra el clima, la falta de apoyos al campo, la emigración de los jóvenes del campo a la ciudad y la folclorización de la cultura de parte de los “jmeen new age” que tergiversan la espiritualidad maya.
Las próximas Ferias de las Semillas tendrán lugar el 29 de abril en la plaza principal de José María Morelos, Quintana Roo; el 1 de mayo en Blanca Flor (Bacalar), el 4 de mayo en el Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UADY y el 15 de mayo en Iturbide, Hopelchén, Campeche.
En general, ha sido un año no solo de crisis económica, sino de la falta de algunas variedades de maíz –como el naal t’eel–, entre otros tipos de maíz, debido a la sequía que castiga a la Península de Yucatán, según los mismo campesinos. Ante la grave falta de lluvias, es urgente buscar soluciones para que sus bancos de semillas funcionen, y que al final nuestras semillas sigan siendo cultivadas en el territorio donde son originarias.
En las unidades de producción, los campesinos tratan de sobrevivir, pero varios factores adversos –como los bajos precios de la miel, la entrada del pequeño escarabajo de las colmenas, entre otros males– han provocado que se incentive la emigración de los que integran las familias.
De modo que a pesar de la coordinación entre los grupos campesinos, sus jóvenes emigran, a lo que se suma la falta de apoyos reales y de la descoordinación de varios de los actores clave para la reproducción de los ancestrales saberes, lo cual impacta en el uso de la tecnología tradicional y de la reproducción de sus semillas. Así, los campesinos mayas sufren los peores momentos desde sus territorios.
En el ámbito espiritual, es notable que cada vez hay menos jmen –sacerdotes mayas– y los nuevos que comienzan a figurar muchas veces ni dominan el proceso ceremonial y sus eventos se convierten en ceremonias new age.
Ponemos nuestra esperanza en que el futuro próximo las cosas mejoren en las unidades campesinas, que los financiamientos externos no impacten negativamente en el modelo de organización de las ferias nativas, pues los mejores lugares donde se han conservado las semillas son donde son reproducidos por quienes los han cultivado desde hace muchos años.
Quienes cultivan las milpas saben y valoran lo que significa el respaldo de la sociedad en las ferias que organizan.– Peto, Yucatán, abril 26 de 2016.