POR BERNARDO CAAMAL Itzá, periodista comunitario maya
Víctor Nahuat y su amiga de facultad
PETO, Yucatán, 14 de agosto de 2016. – “Un día acompañé a mi padre al trabajo y ese día cambió para siempre mi vida, ya que debido a un accidente de trabajo pequeños fragmentos de piedra arrojados por una explosión de la zanja donde trabajábamos hizo que perdiera la vista”, nos compartió el joven invidente Víctor Nahuat Ojeda, de Peto.
Fue así que un joven maya de apenas quince años perdió la vista.
“Ese día cambió mi vida, solo escuché un estallido fuerte, y ese día entre en shock y en estado de depresión. Pero un día reflexione sobre mi vida y pensé que debo salir adelante ya que la vida sigue”, nos compartió un joven con ganas de salir adelante a pesar de las adversidades que se le ha presentado.
Los padres de Nahuat Ojeda son de escasos recursos económicos pero eso no fue obstáculo para que sigan soñando con un futuro mejor y hoy día, con 23 años, cursa la carrera de Psicopedagogía en la Universidad Privada de la Península (UPP), en Tekax.
La UPP me ha abierto las puertas, y los profesores se han adaptado a mí, me han apoyado. Llevo una vida normal como todos los jóvenes y estoy en las redes sociales y platico con los amigos, y convivo.“Para relacionarme con la gente nuestra, mi computadora tiene un programa especial y me dice las letras que debo teclear y me facilita navegar por internet”.
“De mis experiencias nace la idea de estudiar una carrera para apoyar a las personas con problemas de aprendizaje y apoyar a las personas que tienen la discapacidad, motivarlos a que sigan estudiando y que cumplan sus sueños, indicó.
–Nada es fácil en este mundo (aclaró), la vida está llena de aprendizajes, solo es cuestión de agarrar lo bueno de la vida y seguir adelante –sentenció.
A unas horas de que se inicien las clases en el Colegio de Bachilleres de esta localidad, compartir estas experiencias de un joven maya oriundo de Peto, sirven de aliento a los jóvenes a que sigan apostando a un futuro y no dejen que las adversidades se adueñen de su vida. Que cada obstáculo que sorteen sean experiencias que les dé madurez en las decisiones importantes de la vida.
