En Yucatán se arrasó o se están arrasando 64 veces las hectáreas destruidas en Tajamar.
La destrucción de ecosistemas están al orden del día en la Península. La construcción de infraestructura cobra su cuota de naturaleza y el más reciente ejemplo es la devastación del manglar Tajamar, junto a la laguna Nichupté, en Cancún.
Área predilecta para los llamados desarrolladores, la Península de Yucatán -especialmente Yucatán y Quintana Roo– se ha vuelto un botín turístico para inversores y gobiernos.
En Yucatán, un estado pacífico, el crecimiento urbano e industrial también devasta flora y fauna en grandes superficies de tierras, pero presentados como el engrandecimiento de una entidad y como promesas de empleo la percepción cambia.
“Cuando vi la noticia del manglar Tajamar de Quintana Roo y la destrucción de su ecosistema me vino a la mente lo que se impacta en Yucatán con respecto a sus selvas, reservas, manglares, diversidad de fauna”, señala la arqueóloga María José Cobá en su cuenta de Facebook la noche del miércoles.
Y menciona una lista de “ejemplos de proyectos que han impactado o que en este momento están en desarrollo” en Yucatán:
Feria Xmatkuil, Mérida (ubicada en la reserva ecológica Cuxtal): 77 hectáreas (ha).
Parque Científico Tecnológico de Yucatán, Sierra Papacal, comisaría de Mérida: 221 ha.
Grupo Modelo, Hunucmá: 300 ha.
Yucatán Country Club, Mérida: 330 ha.
Ciudad Caucel II, Mérida: 610 ha.
Ciudad Caucel I, Mérida: 771 ha.
Parque eólico Dzilam de Bravo: 1,345 ha.
Manglar Tajamar, Q. Roo: 57 hectáreas….
Las siete obras devastaron en Yucatán 3,654 hectáreas de tierras, incluyendo Áreas Naturales Protegidas como Cuxtal. La suma total equivale a 64 veces la superficie destruida en el manglar Tajamar, también protegido por leyes federales.
En breve charla, la experta en salvamento arqueológico indica que al mencionar estos ejemplos “sólo quise poner ejemplos que nos lleguen, que signifiquen algo para nosotros. Un ejemplo es nuestra famosa feria que impactó una reserva (Cuxtal) y para empeorar la amplían para poner una explanada para estacionar autos…”.
“Muy científicos y defensores, pero hay se hacen un macrocentro de investigación en la zona noroeste, fomentando el desarrollo en un área virgen”, indica sobre el Parque Científico.
“Los que se rasgan y se dan golpes de pecho están viviendo en macrociudades que impactan hectáreas de selvas. ¿Desarrollo? Claro: Grupo Modelo dará muchos empleos, la energía eólica nos dará otras fuentes de aprovechamiento de ese recurso, pero curiosamente también dañamos nuestro ecosistema, incluso aéreo con las miles de hectáreas.
“Los ricos impactan, pues si bien en Ciudad Caucel se congregan miles de casas, en el Country Club se destruye el entorno sólo para unos cuantos.
“Pero de pronto no es a las empresas a los que hay que concientizar, hay que empezar con nosotros. Queremos justificar nuestro impacto culpando a las empresas que tratan de satisfacer nuestras necesidades, gustos e intereses superfluos. Es la sociedad, es nuestro pensamiento lo que está dañando”.