Los despidos en XEPET, parte de una estrategia mayor contra los pueblos originarios

POR JESÚS Solís Alpuche

Reconocimiento de XEPET al autor de este artículo

Reconocimiento de XEPET al autor de este artículo

KINCHIL, Yucatán, 1 de enero de 2016.– La semana pasada fueron despedidos 27 trabajadores de confianza de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en Yucatán, de los cuales cinco laboraban en la radiodifusora XEPET La voz de los mayas, en Peto. Así es como el gobierno actual intenta deshojar la flor de nuestra palabra maya.

Algunos medios le han dado cobertura amplia exponiendo que fue un golpe duro, devastador, pues de los 10 trabajadores de Radio XEPET sólo quedan cinco. Los trabajadores recordaron que en esta radiodifusora indigenista “no únicamente ponemos música y hablamos en el micrófono”, más bien desarrollan diversos proyectos de comunicación y desarrollo social en la zona oriente y sur de Yucatán.

a reinstalación este viernes 1 de enero de los cinco radiodifusoras a su centro de trabajo en XEPET no cambia en esencia el problema. Más bien este incidente resalta la importancia de trabajar con más ahínco en este tema. ¡Fueron 27 los trabajadores que despidió CDI! Nota del editor]

Y ese es precisamente el problema. Que ante la demanda popular de medios alternativos y organizaciones alternativas, incluso de la llamada Sociedad Civil, proyectos tanto lingüísticos como del trabajo de promoción comunitario, y hasta de derechos de los pueblos nativos y la autonomía, incluso de los Organismo Públicos Autónomos, que no se usan, veíamos un espacio en XEPET, un espacio de territorio libre para la resistencia al impacto cultural de dominación y enajenación en la región del Cono Sur de Yucatán.

“Nuestra trabajo es multifacético, no sólo somos locutores, además de nuestro horario en cabina desarrollamos labores de programación, producción, mantenimiento, atención a la comunidad, talleres, cobertura de eventos, noticieros, entre otras actividades”, precisó uno de los trabajadores.

En ese sentido, explicaron que con el recorte de personal se verán afectados servicios como el consejo consultivo y los talleres que realizan en diferentes localidades mayas. Estas actividades son herramientas para que la radio se vincule con la comunidad indígena con el objetivo de conocer sus opiniones y generar los contenidos de la barra de programación radiofónica.

De igual manera, indicaron, bajará la intensidad en la labor de capacitación y asesoría a niños de la red de radiodifusoras escolares, la cual está en los municipios de Samahil, Chemax, y en las comisarías de San Antonio Sodzil y Yaxcopoil de Peto.

Y de eso se trata. El Estado, responsable de mantener el equilibrio cultural, plural y diverso en nuestro país, desde 1994 empezó a ver la cultura y las lenguas indígenas, así como a los grupos vulnerados y excluidos de los procesos del desarrollo bajo control del proyecto neoliberal, con desconfianza. Vicente Fox le cambió el nombre al INI por el de la CDI, pero el compromiso se empezó a desdibujar mucho antes, desde que el libro México Profundo, de Guillermo Bonfil Batalla empezó a llamar la atención de los estudiosos del tema, mucho antes del 1 de enero de 1994 y el EZLN.

Pese al golpe, Radio XEPET, que viene trabajando ininterrumpidamente desde hace 33 años, generando contenidos sociales en favor de los pobladores mayas, con una cobertura radiofónica de 39 municipios y 414 comunidades de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, los empleados que quedan aseguraron que seguirán dando lo mejor para “que la estación no se caiga”.

Los despedidos aseguran entendible que los despidos de la CDI obedecen a las crisis económicas del país, (lo cual es muy relativo), pues se saben empleados de gobierno, y que es una disposición federal, pero este recorte estuvo muy cargado a nosotros. Sin embargo seguiremos trabajando, porque tenemos un compromiso con la población maya”. Dijeron que seguirán prestando el servicio al que están acostumbrados los radioescuchas de Peto y demás municipios de la región, “y saldremos adelante, no dejaremos de trabajar en favor de nuestra gente”. (Desde el Balcón, 23 de diciembre)

Y quiero reiterar lo relativo a las crisis económicas que obligan al gobierno a hacer recortes en áreas específicas, y precisamente que son de impulso social, y las restricciones que hay, por ejemplo en las Comisiones de Derechos Humanos, donde son evidentes los cambios de dirección y mentalidad, respecto a los presupuestos y lineamientos que maneja el Instituto Nacional Electoral, o bien, como en el caso de Inmujeres, y otras Instituciones que permite abiertos desvíos de donaciones.

Para comprobar este cambio de estrategias de alto nivel, no habría más que ver un formato y contenido contradictorio del Convenio que nos propuso firmar la CNDH a las Organizaciones de la Sociedad Civil, para entender el cambio de rumbo que se pretenden imponer desde el gobierno neoliberal, a quienes somos activos en la defensa de los derechos culturales, económicos y sociales, orientando al pueblo, marginado y excluido, a la recuperación pacífica del Estado de Bienestar al que tienen derecho, en este país tan rico, con la mayor cantidad de empobrecidos en el mundo.

Por lo tanto considero que XEPET no es un caso aislado, y mucho menos por falta de recursos. Es una estrategia institucional en contra de los medios de uso social genéricos, los cuales cumplen un papel fundamental en el fortalecimiento de la democracia, son espacios más independientes en su cobertura informativa y con mayor orientación social, educativa y cultural.

Las Radios comunitarios e indígenas, ha dicho Javier Corral Jurado, son instrumentos valiosísimos en la preservación y desarrollo de la cultura de los pueblos y las comunidades más apartadas. Cierta es la anterior acepción, sin embargo la acción de producir radio, y radio comunitaria, va mucho más allá. Existe poca reflexión científica sobre este oficio, arte y profesión. Quien hace la radio es un homo faber constructor de significados que a través de la poética estética y el lenguaje radiofónico reconstruye su realidad; y a partir de esa reconstrucción sonora se conoce y reconoce a sí mismo y a quienes le rodean. Por tanto, hacer radio es elaborar significados, contenidos que producen una vida en común con el otro. De ahí el valor de la radio de uso social: produce discursos sonoros para ese otro que en algún momento somos nosotros. Contaco: [email protected]

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