POR BERNARDO CAAMAL Itzá, periodista comunitario maya
Este lunes 28, tras varias diligencias en la ciudad de Mérida, cuando ya el cansancio agobiaba, uno encuentra con detalles que se agradecen de verdad. Para mí fue gratificante que mi amigo, el que vende los boletos del autobús Mérida-Peto, me dijera “viajas con nosotros don Arux”, mare hasta me sentí en casa, y luego subiendo al autobús el Güero me dio la palmada, lo clásico de él, una atención de primera. Es el Güero uno de los choferes más queridos en la ruta y señal de ellos es que sus clientes lo invitan a sus eventos familiares y le hacen presentes. Si vas a bajar del autobús, el Güero siempre elige las palabras apropiadas y se esmera en que el cliente se sienta bien atendido.
“Bienvenido ingeniero (aunque no me gusta que me digan así, porque no quiero que mi carrera profesional interfiera) hoy te tengo preparado una buena película”.
¡Te imaginas viajar así con los cuates, en un vehículo supercómodo, con clima y asientos que se ajustan hasta para dormir. Me hizo recordar cuando viajé en autobús hace algunos años a Buenos Aires, Argentina, donde te dan tu gaseosa, dulces, agua, y las sillas son supercómodas y no te cansas aunque dure más de cinco horas el trayecto, y gozas de internet y de los baños, y eso hace que el viaje sea más placentero.
En cambio, es cansado llegar a un lugar donde no te tratan bien, como ocurre en los taxis que salen de Mérida a Peto, sobre todo de parte de la señora que vende las fichas. Un ejemplo lejano: en abril del año pasado, por detalles de la hora de salida, quise devolver mi ficha, pero la señora no quiso recibirlo ni devolver el dinero, así que se quedaron con mi dinero. Otras veces aunque llegué primero, terminó dándome la silla más mala del taxi.
Una vez, me dijo “cámbiate de silla porque ahí va viajar la licenciada”, y le dije que “aquí en el transporte no viajamos por cargos académicos supongo (aspecto que le incomodo mucho)”. Sin mencionar que ellos promueven el “gana lugar” porque aunque llegues temprano terminas en el peor de los lugares.
Y lo más reciente, sabiendo como funciona su sistema, me puse en la fila y me tocó un buen lugar, y al llegar ella me dice “te me cambias a este lugar…” y con el cansancio lo menos que quiere uno es “pedir que se te respete tus derechos” como pasajero o ese respeto que cada quien se merece.
En esta ocasión viajamos más de 15 personas en el vehículo, porque como ocurre a veces la ruta Mérida-Peto pidió apoyo a los vehículos tipo Van que viajan a Tekax los cuales tienen por costumbre colocar una sillita extra en la tercer fila, y ahí tuve que viajar.
Otros amigos me han comentado que han pasado situaciones semejantes con la encargada de las fichas. Uno me relató que el problema con ella fue hace tres años. “Yo quería viajar con toda mi familia, pero por su pésimo carácter terminé devolviendo la ficha, ahora cada vez que voy a comprar ficha, ella busca la forma de no darme el servicio. Y a veces me urge viajar y es cuando le digo a mis cuates, ‘cómprame mi ficha’, porque si ella me los vende, termina dándome la última ficha de los últimos viajes, no le caigo bien y termina castigándome”.
En realidad cuando se anteponen cuestiones personales de este tipo sobre todo en un servicio dirigido al público, es cuando hay que exigir que se cumplan las leyes que norman estas relaciones entre concesionarios, clientes y gobierno, y sus áreas de transporte debería estar vigilando que este tipo de servicio no afecte a los usuarios.
En resumen, entiendo que los choferes de los vehículos son excelentes amigos, pero me imagino el cansancio después de dos o tres vueltas de Peto-Mérida y viceversa. Ellos viajan con este temperatura extrema, con cansancio, casi comer y si no tienen mantenimiento sus vehículos, todos nos exponemos a accidentes.
Es de interés general que se mejoren los servicios y el trato respetuoso al pasaje y por otro al personal operativo. Ante el hecho de viajar tan lejos es necesario que se consideren nuevos modelos de atención y se eliminen esas costumbres de mandar a uno al peor lugar por “castigo” o que te muevan de tu asiento para dárselo a sus amigos y otras maneras de maltrato. Como ciudadanos y como personas no tenemos por qué tolerar este tipo de atenciones o majaderías.
Es un ejemplo en las rutas al sur el tipo de servicio que prestan los taxis de Oxkutzcab o de Ticul, donde conforme llegas eliges tu silla y pagas, y no hay desesperación a que te toque mal lugar porque todos respetan los términos.
En un comunicado, Juan Manuel Góngora Alcocer, de la FUTV sección 38 de Peto, agradeció las observaciones vertidos por un servidor primero en el Facebook e informó que actualmente se está trabajando para mejorar el servicio, pero que todavía les falta por hacer y cualquier mejora es perfectible. Indicó que a los que les ha tocado recibir un trato inadecuado pueden quejarse al teléfono 997-976-18-18, de modo que se apliquen las sanciones correspondientes y se apliquen correcciones.
Góngora Alcocer detalló que la FUTV Peto renovará pronto dos unidades pues es de su interés que los usuarios viajen cómodos, con asientos confortables y ambiente climatizado, además del trato amabla de las despachadoras de boletajes y servicio de internet en la terminal de Peto.