Los mayas vaticinaron una rebelión armada poco antes del alzamiento zapatista

En Quintana Roo la memoria de los guerreros mayas no debe olvidarse

Mérida, Yucatán, 21 de mayo de 2017 (MayaPolitikon).– Mucho antes de que la rebelión zapatista estallara en Chiapas, el 1 de enero de 1994, los mayas ya habían leído en los cielos el augurio del levantamiento, de acuerdo con una anécdota que refirió el lingüista maya Fidencio Briceño Chel, investigador del INAH Yucatán.

Una noche, inesperadamente, el anfitrión de Briceño Chel de una pequeña población de Quintana Roo, alzó la mirada y vio un fenómeno luminoso. Le hizo ver a su huésped. “Es una luz que va de Oriente a Poniente”, pero entonces el pupilo no pudo verlo por más que se esforzó.

Varias veces se repitió el fenómeno y el anciano sabio maya, de nombre Roberto Salazar, estaba constantemente oteando el cielo nocturno para observarlo. “Se acerca la hora”, pronosticaba Salazar, “hay que prepararse porque ya viene de nuevo la guerra. Es hora de desenterrar las escopetas…

“Yo no veía nada y durante mucho tiempo no pude ver”, confesó Briceño Chel, “hasta que un día logré vislumbrar. No sabía ver entonces, pero aprendí”, rememoró durante su participación en el Museo Palacio Cantón, en Mérida, en una mesa panel organizada para celebrar el Día Internacional de los Museos (cada 18 de mayo desde 1977).

Poco tiempo después de aquellos extraños acontecimientos sobrevino el estallido zapatista en Chiapas, un movimiento indígena que persiste hoy y se manifiesta en diversas acciones comunitarias.

Briceño Chel refirió este episodio de su trayectoria como investigador y académico, una experiencia que sacó a colación a propósito de que “nadie pregunta lo que piensan los mayas”. El pensamiento de los mayas no es como el pensamiento occidental, remarcó, pues mientras la concepción europea recalca una visión lineal de la historia, los mayas poseemos una visión cíclica de las cosas, lo que hace la realidad más compleja.

También el historiador Pedro Bracamonte y Sosa esgrimió la “realidad” para hacer su exposición. Como bien he dicho siempre, recordó, mi método es “empírico”. Es decir, “mis análisis parten de hechos reales, de la experiencia humana”.

Al comienzo de su elocución había afirmado tajante: “La Guerra de Castas no ha terminado”.

El coautor de El rey Canek refirió una enseñanza que adquirió en los pueblos mayas de Quintana Roo donde visitó a un anciano sabio a quien formuló preguntas, y para su sorpresa obtuvo respuestas que no esperaba. “Pobre eres tú”, le dijeron por el abuelo maya quien le recordó que el pueblo maya nació del maíz, y que es rico mientras posea esta riqueza. A nadie puede calificarse de “pobre” por no tener una estufa o un refrigerador, dijo el académico, pensamiento que ha dejado asentado en otros libros suyos como en el Tiempo cíclico.

En otro momento Briceño Chel contó un incidente que ha vivido con sus colegas de la academia:

–¡Fidencio, tu problema es que siempre piensas como maya! –le “acusaron” sus colegas (lo cual en el pensamiento de la generalidad es que siendo maya uno “no puede entender ciertas cosas”).

A lo que respondió Briceño Chel: ¡Vaya, hasta que me hacen un reconocimiento, pues siempre he dicho ser un maya!

La mesa panel “De la guerra de castas y el clasismo porfiriano a los mayas contemporáneos”, organizado por el Museo Palacio Cantón, se inició poco después de las siete de la noche y terminó a las 9:30 de la noche.

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