El Partido Comunista de México en la Península de Yucatán condena los actos encabezados por Andrés Manuel López Obrador para dar el “banderazo” en la construcción del denominado tren maya. Consideramos que estos actos públicos que se desarrollan en los momentos más críticos de la pandemia de COVID-19 son, además de inoportunos, irresponsables.
De la misma forma mantenemos nuestra firme postura contra la construcción del tren maya y los proyectos turísticos subsecuentes. El gobierno Federal ha señalado en su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 que el tren maya es el proyecto de infraestructura más importante del sexenio que “detonará” el desarrollo del sureste del país. Los principales objetivos del tren maya son:
- Crear empleos
- Impulsar el desarrollo sostenible
- Proteger el medio ambiente, y
- Propiciar el reordenamiento territorial
Todo esto, según el documento antes mencionado, con la aprobación de las comunidades y pueblos originarios mediante consultas. Sin embargo, en un análisis de la realidad podemos ver que este proyecto está lejos de contribuir al desarrollo de las y los trabajadores, obreros y campesinos de la Península de Yucatán y Chiapas y está muy cerca de seguir llenando los bolsillos de los monopolios de la industria turística y de la construcción.
Consulta y aprobación de las comunidades
En el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 se señala que se buscarán acuerdos de beneficio y la aprobación de las comunidades y pueblos originarios mediante consultas. Sin embargo, el ejecutivo federal realizó una consulta “amañada” en la que sólo participó el 2.8% del padrón electoral en los estados en los que se construye el tren.
A pesar de ello, el gobierno federal no sólo insiste en su construcción, sino que también ha tildado de “fifís y conservadores” a quienes nos oponemos a este proyecto. Y no está de más recordar que el mismo presidente ha dicho: “llueva, truene o relampaguee se va a construir el Tren Maya. Lo quieran o no”, violentando, así, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, impidiéndoles tomar decisiones políticas en torno a su territorio y sus recursos naturales.
Creación de empleos
Desde que el turismo inició en la Península de Yucatán y Chiapas ha habido la eterna promesa de generación de empleos. Sin embargo, la mayoría de los empleos que el turismo ofrece no cuentan con seguridad social, lo cual pudo verse claramente cuando alrededor de 100 mil trabajadoras y trabajadores fueron despedidos en la Península de Yucatán y Chiapas con la pandemia de COVID-19 (tan sólo en Quintana Roo, la cifra de despedidos fue de 65 mil).
Los empleos ofrecidos por el turismo, muchas veces no tienen ninguna prestación laboral y peor aún, ni siquiera un salario digno, pues muchas veces las y los trabajadores dependen meramente de la propina, lo que ocasiona servidumbre. La construcción del tren maya también ofrece empleos, pero estos son temporales y los trabajadores y trabajadoras que hoy participen, después pasarán a la desocupación.
Impulsar el desarrollo sostenible y protección del medio ambiente
Desde que se planteó el tren maya se ha denunciado que éste no presenta estudios de impacto ambiental. El argumento del Estado es que este proyecto se construye sobre el derecho de vía existente. Sin embargo, la construcción de este proyecto incluye la construcción de estaciones y centros comerciales y hoteles. No se menciona que en la Península de Yucatán existe una red de ríos subterráneos que pueden verse afectados por el constante tránsito del tren y no se menciona el daño que éste puede causar a los ecosistemas, principalmente en zona selvática.
Por otro lado, el gobierno federal se refiere a las actividades informales que se pueden generar alrededor del proyecto turístico, como las artesanías, como desarrollo sostenible de una comunidad. En la realidad, desde que inició el turismo, la industria turística se ha apropiado de las playas, de ríos, de cenotes, de sitios arqueológicos y de tierras para el desarrollo de parques “eco turísticos”.
De esta manera se demuestra que el tren maya no protege el medio ambiente, ni impulsa el desarrollo sostenible en la región, sino que promueve la privatización de la tierra, el agua, el patrimonio cultural material y demás riquezas naturales.
Reordenamiento territorial
El ordenamiento territorial que promueve el tren maya es totalmente privatizador. Este pretende que exista una alianza entre ejidatarios y empresarios, en dónde los primeros pondrán la tierra y los segundos la infraestructura. Dicha alianza se presentará en una total desigualdad de condiciones, pues los ejidatarios se encontrarán desprotegidos al convertirse sus tierras de propiedad social a propiedad comercial.
Como propiedad comercial, las tierras ingresarán a un fideicomiso y se colocaran certificados bursátiles en la Bolsa Mexicana de Valores para que estos puedan ser adquiridos por inversionistas. Los socios recibirán los recursos que generen estos fideicomisos, pero estos serán en proporción a las acciones que se tengan, es decir, los beneficiarios serán los empresarios. Por otro lado, la Ley del Mercado de Valores menciona que esto es irrevocable y que solo al paso de 4 años podrán los ejidatarios decidir venderlos o pagar las acciones a los empresarios para recuperarlos. En cualquiera de los casos las tierras ejidales perderán su carácter social y quedará abierta como propiedad privada para su venta.
Por otro lado, este tren pretende reubicar poblados, o colonias enteras para asegurar el paso del tren. En la ciudad de Campeche, por ejemplo, se pretende reubicar a más de 200 familias de los barrios de la ermita y la estación antigua. Estas familias llevan viviendo más de 50 años y cuentan con títulos de propiedad y no quieren ser reubicadas.
Los verdaderos beneficiarios del tren maya.
Algo es seguro, sí hay quien se beneficiará con el tren maya. En primer momento, los beneficiarios son los monopolios de la construcción como el consorcio Mota-Engil México SAPI de C.V. en convenio con China Communications Construction Company LTD, Grupo Cosh S.A. de C.V. Eyasa S. de R.L de C.V y Gavil Ingeniería S.A.; la Operadora CICSA S.A. de C.V. en convenio de asociación con FCC Construcción S.A., y Construcciones Urales, S.A. de C.V en convenio de asociación con GAMI Ingeniería e Instalaciones, S.A. de C.V y AZVI, S.A.U. Además se contempla la posibilidad de que participen la Empresa ICA, la empresa BlackRock, e incluso la Secretaría de Defensa Nacional, en un contexto, además, de plena militarización del país.
Para los estudios previos FONATUR ha otorgado contratos a Key Capital y SENERMEX otorgó contratos de ingeniería básica, a Price Water Cooperhouse entregó contrato para el estudio de asesoría financiera y a Woodhouse Lorente Ludlow entregó el contrato para la asesoría legal. Para realizar estudios técnico-jurídicos se contrató a Barrientos y Asociados.
En cuanto a la operación del tren, hasta ahora existen tres compañías que se han propuesto para esto: Ferromex, filial de Grupo México de Germán Larrea, ADO de José Antonio Pérez Antón y Kansas City Southern, dirigida por José Guillermo Zozaya Délano.
Además de estos, se beneficiarán las empresas turísticas. En hotelería destacan el grupo Posadas de Gastón Azcárraga, AM Resorts de Alejandro Zozaya y Palace Resorts de José Antonio Chapur Zahoul. En parques, domina el Grupo Xcaret de Miguel Quintana y Carlos Constandse Madrazo, quien construirá un nuevo parque acuático en Valladolid, Yucatán.
El tren pretende impulsar cadenas de producción en las comunidades, pero estas no están destinadas para la distribución de la producción agrícola de las comunidades, sino para la agro industria que se ha impulsado desde el 2015 con la siembra de soya y de palma africana. En este sentido se beneficiará el Grupo Xacur de Jacobo Xacur, quien ya es dueño de ranchos que producen soya y palma. También se beneficiara Monsanto (ahora Bayer) y EnerAll de Alfonso Romo quien en 2017 inauguró una planta para procesar granos en Tizimín, Yucatán.
Pronunciamiento
El Partido Comunista de México en Campeche, Yucatán y Quintana Roo se opone rotundamente al desarrollo de este proyecto. Dejamos en claro que no nos oponemos al desarrollo, pero este tren no representa el desarrollo de la región, ni representa un beneficio para la clase trabajadora, ni para los campesinos, ni para los pueblos originarios. Este proyecto, como los demás megaproyectos del gobierno en turno, sólo busca beneficiar a los monopolios.
Por lo tanto nos oponemos al tren maya porque va en contra de los intereses de las y los trabajadores. De la misma forma, hacemos un llamado a las organizaciones, pueblos, comunidades a organizarnos para, de manera conjunta oponernos a este proyecto que sólo busca agrandar las riquezas de la burguesía nacional y extranjera.
Atentamente
Partido Comunista de México – Campeche
Partido Comunista de México – Quintana Roo
Partido Comunista de México – Yucatán.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Península de Yucatán, 4 de Junio del 2020
MayaPolitikon
Una web que publica informaciones relacionadas con los pueblos mayas. Editor: José Natividad Ic Xec