Sacerdotes e iglesia participan más en las luchas sociales y piden fin a la represión

POR JESÚS SOLÍS Alpuche, profesor y activista de larga trayectoria

Foto Luis Peniche / Maestros de la escuela zapatista de la comunidad de Sititil, Chiapas

Foto Luis Peniche / Maestros de la escuela zapatista de la comunidad de Sititil, Chiapas

Es lugar común afirmar que la vida cristiana y la vida política son antagónicas. Pero no es así. Vivimos en México uno de los momentos difíciles de nuestra historia. Se acumula la violencia, la tragedia, la corrupción y la manipulación de las ideas mediante una dirección social. Crece la inconformidad ante las reformas contrarias a los intereses de las mayorías y la sordera política oficial ante las demandas, confirman su compromiso de entrega nacional a las oligarquías.

Ante esta situación, que en varios Estados del sur-sureste se agudiza, en Chiapas, varios sacerdotes como Marcelo Pérez y Blas Alvarado están moviendo, a partir de la represión oficial contra el magisterio chiapaneco, padres de familia, estudiantes, amplios sectores de creyentes cristianos que, inédito, se han conjuntado entre la diferentes denominaciones de la región para demandar diálogo verdadero al gobierno, cese a la represión para que haya  “paz fundada en la verdad, justicia, libertad y amor”.

En un mensaje leído el 8 de junio en Tuxtla Gutierrez, capital del Estado, subrayan que si siguen mandando a la policía para reprimir al pueblo, “vendremos nuevamente a peregrinar, no solo los representantes de las comunidades eclesiales, sino que animaremos a todo el pueblo de Dios…” Lo hemos dicho y lo reiteramos, las religiones pueden ser opio, o levadura para los pueblos.

Aunque desde 1013 el porcentaje de católicos ha descendido del 88 al 83.9 % y el Inegi dice que ocho de cada 10 mexicanos son católicos, la novedad de este movimiento es que representaciones de variadas denominaciones se unificaron para exigir dialogo al gobierno

Es evidente que el gobierno y los medios de información a favor de sus reformas que nos cuestan millones de pesos han perdido la batalla ideológica y política en la pugna por el modelo educativo nacional, y lo que más sorprende en el ecumenismo de estos sectores tan amplios de creyentes que va creciendo en México, frente al 3.2 del ateísmo científico, que hay que tener cuidado de confundir con el ateísmo práctico de determinado tipo de  “creyentes” de nuestro país.

El 25 de mayo la Constituyente Ciudadana y Popular cuya figura principal es el obispo Raúl Vera López, con gran arraigo en Chiapas, donde fue coadjutor con don Samuel Ruiz García, en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, publicó un comunicado en que manifestamos nuestro “firme apoyo a las lucha de los maestros de la CNTE que protagonizan una ejemplar jornada de movilizaciones en varios estados, para exigir la derogación de las llamadas reformas estructurales. Además de repudiar la respuesta que el gobierno han ofrecido para una mesa de diálogo a estas muestras de dignidad y justa exigencia del magisterio: la represión”.

A fines de mayo, habló el EZLN también en apoyo de la CNTE: entre el autoritarismo y la resistencia: “Si un gobierno no está dispuesto a dialogar, a negociar con sus opositores. ¿Qué camino del deja si sólo usa el argumento de la fuerza? ¿Qué espera como contra argumento?

Día 9 de junio, iglesias y organizaciones sociales en solidaridad con el movimiento magisterial y popular en México y contra la represión como forma de gobierno declararon:

Vivimos en México uno de los momentos más difíciles de nuestra historia, donde lo que se acumula día a día no es el bienestar ni el desarrollo, sino la tragedia, la corrupción y la represión; donde crece la inconformidad social a la par de la sordera gubernamental frente al clamor de millones. A estas alturas es más que evidente el fracaso del proyecto de nación impulsado por los gobiernos de las últimas décadas y exacerbado con las últimas reformas estructurales que no han hecho más que legalizar el despojo, la muerte, la injusticia.

Ante esta insoportable realidad, pueblos, movimientos sociales, sectores religiosos se levantan y alzan la voz por doquier, de forma pacífica y organizada, como recientemente lo ha hecho el movimiento magisterial en oposición a la mal nombrada reforma educativa, cuyo fracaso es más que evidente y la oposición a la misma se extiende por todo el país. Por ello, en esta hora de tormentas, hacemos un fuerte llamado a la solidaridad y la acción colectiva, comunitaria, popular en la defensa de nuestra educación laica, gratuita y de calidad, que la estrategia gubernamental desde hace tres décadas se empeña tozuda e infructuosamente en desmantelar.

El movimiento magisterial es hoy por hoy una oportunidad imperdible para la articulación de muchas causas en grado tal que podamos detener la barbarie que no escampa e iniciar un auténtico proceso de recuperación nacional desde el pueblo y para los pueblos. En las manos y corazones de estos maestros y maestras, que desde el pasado 15 de mayo plantaron sus carpas y demandas de nueva cuenta en la capital del país y desde entonces se han movilizado masivamente en muchas ciudades de nuestra nación, en su lucha, se condensan y simbolizan muchas luchas.

Que no se aplace más la justicia para decenas de miles de víctimas que ha cobrado esta interminable guerra económica, estatal y criminal, empezando por la inmediata desmilitarización del país y la construcción colectiva de nuevas formas de seguridad ciudadana que permitan la reconstrucción del tejido social y de nuestra nación.

Este 5 de junio vivimos una jornada electoral caracterizada por la apatía social y la corrupción institucionalizada, reflejo del desfallecimiento de nuestra democracia y resultado inevitable del deterioro generalizado de las condiciones de vida de la mayoría de la población. Pero de las dos, la que más daña al país es la indiferencia, la pasividad, el abandono de la responsabilidad personal y social para con el presente y futuro de nuestra nación. Por ello hacemos un llamado esperanzado a todas las personas de buena voluntad, para que unan sus voces a estos reclamos y no aplacemos más el tomar en nuestras manos el rumbo del país y la recuperación de todo cuanto nos han arrebatado. Concluye el documento de Iglesias y Organizaciones Sociales en solidaridad.

El Che dijo en una ocasión: “Cuando los cristianos se atrevan a dar un testimonio revolucionario integral, la revolución latinoamericana será invencible, ya que hasta ahora los cristianos han permitido que su doctrina sea instrumentalizada por los reaccionarios”. Esa es la tarea del amor cristiano: hacer de la revolución una invencible tarea.

Las palabras del Che son claras y precisas. El amor no es un sentimiento, ni una palabra.  El verdadero amor, el amor revolucionario, no es un amor idealista que vive y se funda de las ideas o de los conceptos. Al igual que en la fe cristiana, el amor, el único amor que tiene valor y significado, es el que lucha día a día para transformar la realidad económica y social en la que vive la humanidad. Los hechos, las acciones concretas, son los únicos ejemplos posibles del amor tanto del cristiano como del revolucionario. Mérida, Yucatán, 10 de junio 2016. [email protected]

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