POR Edgar Rodríguez Cimé
Mérida, 29 de diciembre de 2015.– Desde 1562, durante el Auto de Fe de Maní, el hombre blanco se dedicó inescrupulosamente a “podar nuestros frutos / cortar nuestras ramas / quemar nuestro tronco / pero no pudo arrancar las raíces de nuestra cultura maya”, la cual a partir de los años ochenta del siglo XX se reanudó la soga de la vida, según el mito de Kuxa’an Suum. Hoy, de nuevo los herederos del hombre blanco intentan volver a cortar la soga recién empatada del conocimiento de nuestros antiguos abuelos con los mayas contemporáneos.
Cumpliendo con las leyes internacionales que reconocen los derechos de los pueblos originarios, el gobierno federal se vio obligado a decretar la apertura en Yucatán de la única radiodifusora en maya: Radio Xepet, en Peto, donde por vez primera en los últimos 500 años se respetaba el derecho a la comunicación en su propio idioma al pueblo maya yucateco. Posteriormente también se le empezó a respetar el mismo derecho a los mayahablantes de Campeche y Quintana Roo con la apertura de Radio Calakmul X´ Pujil y Radio Xenka.
En este escenario de la comunicación radiofónica, los sectores criollos y mestizos en Yucatán llevan aprovechando su derecho a la comunicación en su propio idioma desde el invento de la Radio, o sea, casi 100 años, y cuentan para eso con decenas de emisoras en amplitud y en frecuencia modulada. En alto contraste, el pueblo maya yucateco lleva apenas 33 años de ser respetado su derecho a la información en su propio idioma.
Aun así hoy, en pleno siglo de las comunicaciones, con el pretexto de los recortes presupuestales el pueblo maya de los tres estados de la península: Campeche, Quintana Roo y Yucatán ve amenazado su derecho a la comunicación con el despido colectivo de buena parte de su personal operativo, lo cual pone en riesgo la posibilidad real de mantener este espacio radiofónico de información y entretenimiento.
Políticos, empresarios y gobernantes o ignoran la importancia de este medio para mantener comunicados en su propio idioma a 500,000 mayahablantes de 32 municipios, de 1,121 comisarías, ex haciendas, rancherías y parajes aislados del sur profundo de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, donde significa en único medio de comunicación en idioma maya, o precisamente porque saben de su potencial comunicativo, literalmente les vale madres la desaparición de Radio XEPET.
El sacerdote de Nuestra Señora de la Asunción, en Peto, Jorge Óscar Herrera Vargas, quien convive a diario con la pobreza y la miseria de esta enorme población de mayahablantes, declara enfático: “Desde hace muchos años esta radio ha beneficiado a muchísimas personas que en sus comunidades no poseen ni luz eléctrica, y con sus aparatos de baterías la pueden escuchar. Nosotros, como Iglesia Católica siempre recurrimos a sus integrantes, quienes con mucha amabilidad nos han dado espacios. La palabra que estoy usando hoy es ‘estoy desconcertado’”.
Recordatorio: En el caso de Yucatán, una de las grandes razones por las cuales existe el gran flujo del turismo internacional que visita nuestro estado son los vestigios de la cultura maya antigua, por cierto creada por nuestros antiguos abuelos mayas, de donde proviene la población de esos 32 municipios y 1,121 pequeñas localidades en donde no cuentan con el mínimo desarrollo urbano, la luz eléctrica, y no por los ascendientes de quienes pretenden desaparecer el único medio de comunicación en su propio idioma del pueblo maya.
Por lo tanto, los escritores, actores y directores de teatro, mayas y no mayas, del colectivo intercultural “Felipa Poot Tzuc”: María Luisa Góngora Pacheco, Armando Dzul Ek, Carlos Gómez Sosa, Rafael Manrique, Leticia Pacheco, Rosmy Rodríguez Cano, Marcelino Martín y un servidor, expresamos nuestra solidaridad con Radio XEPET y solicitamos que los recortes presupuestales no afecten al personal que opera las radiodifusoras en maya de la península de Yucatán. Contacto [email protected] . Colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”