Los “buenos” se preocupan por el pueblo, pero lo “malos” son los que gobiernan

POR JESÚS Solís Alpuche

Recordando a Felipe Carrillo Puerto este jueves 4, en Mérida

Mérida, 4 de enero de 2018.– Los malos quedan en los gobiernos. A los buenos, a los que quieren y se preocupan por el pueblo los matan. Eso hicieron con Felipe [Carrillo Puerto] y sus hermanos, eso hicieron con Jacinto Canek, con Cecilio Chi, con Jacinto Pat, con Felipa Poot, Rogerio Chalé y con el Charras, dijo don Eusebio Moo Tec, presidente de Koneex Mulmeyaheex, AC., al principio del evento.

Como todos los día 4 de enero de cada año, desde el 2010, varias organizaciones de la sociedad civil y ejidatarios de algunas poblaciones mayas nos reunimos en la Rotonda de los Socialistas, en el Cementerio General de Mérida, pasando por el paredón donde fueron fusilados el 3 de enero de 1924, a las 4.30 de la madrugada, a Felipe, Banjamín, Edesio, Wilfrido Carrillo Puerto, el Dr. Manuel Berzunza, presidente municipal de Mérida y “Digno ejemplo de la más grande lealtad”, ya que en la farsa del juicio se le había absuelto; no así a los empleados de confianza Antonio Cortés, Rafael Urquía Cecilio Lázaro, Daniel Valerio, Marciano Barrientos, Pedro Ruiz, Francisco Tejeda y Julián Ramírez. Quienes fueron llevados de la cárcel al Cementerio, en cuyo paredón frente al que estamos, los fusilaron 20 minutos después.

Eventos en remembranza histórica de la vida de Felipe son fundamentales para nuestras organizaciones para que en la memoria del pueblo permanezca la imagen de verdaderos liderazgos comprometidos con el servicio público a la transformación del individuo en ser humano. Hablar del socialismo y su proyección social y del papel que juega el pueblo en el curso de la historia y el transcurso de la prehistoria capitalista, como lo hicieron Martha Rossel y Mauricio Macosay, es sumamente necesario para no perder la libertad del espíritu frente la explotación del poderío económico sobre la sociedad y la naturaleza.

Bernardo Cáamal Itzá y José Enrique Tec Poot de Peto y Kinchil, respectivamente, hablaron en lengua maya, desmenuzaron el impacto de los usos y costumbres impuestos por el neoliberalismo económico y político que todo pretende comprar. Y casi siempre lo logra. El futuro incierto de las nuevas generaciones que no saben de dónde vienen los alimentos y de tanto trabajar, no piensan en la necesidad de luchar por su seguridad social para su salud o su vejez. Ya que muy difícil es que lleguen a alcanzar alguna jubilación con este sistema, que está borrando y arrebatando las conquistas y garantías sociales.

En mis intervenciones subrayé que al tomar posesión como gobernador del Estado, el 1 de febrero de 1922, Felipe Carrillo Puerto, desde el balcón de Palacio, le habló al pueblo en lengua maya, instando a hombres y mujeres mayas y no mayas a instruirse para emanciparse económicamente. Considero que en su visión socialista percibía que en la ignorancia del pueblo radicaba su indefensión frente a los opresores, que abusaban del poder económico, para sojuzgar al pueblo yucateco, como hasta la fecha, por causa de la ignorancia de sus derechos económicos, sociales y culturales. En su toma de posesión, que tuvo alcance internacional, estuvo el emisario soviético de Lenin, David Dubrowski.

Recordando a Felipe Carrillo Puerto

La organización política que impulsó Carrillo Puerto fueron las Ligas de Resistencia, organizaciones, que más que un partido político o estructuras del gobierno tipo socialista, eran escuelas, organismos de defensa social e instrumentos para el desarrollo espiritual, fraternal, intelectual. En una carta dirigida a Gregorio Domínguez de la Habana, Cuba, Felipe exponía su programa de gobierno que se sostenían en tres ejes: 1. Ligas feministas. 2. La maquinaria del PPS dirigida por una cúpula denominada “Hermanos Sagrados” y 3. La alianza de base con los caciques locales.

En menos de dos años Carrillo Puerto dotó de 664 mil 835 hectáreas de tierras a los campesinos mayas. En la práctica, Yucatán fue el único Estado de la época cuyo gobierno cumplió e hizo realidad la ley de Reforma Agraria acordada el 6 de enero de 1915 y establecida en la Constitución de 1917.

Recordando a Felipe Carrillo Puerto

A fines de 1923, el gobernador de Yucatán se propuso expropiar las haciendas henequeneras. Esta disposición hubiera permitido transformar las relaciones sociales de producción y de vida en general en Yucatán. Pero bajo el pretexto de la confrontación armada entre Álvaro Obregón (que impone a Plutarco Elias Calles como presidente de México) y Adolfo de la Huerta, el destacamento militar de Yucatán encabezados por Juan Ricardes Broca y Hermenegildo Rodríguez, financiado por la oligarquía de hacendados henequeneros, le dio un golpe de Estado a nombre de la “Revolución delahuertista”. No obstante Adolfo de la Huerta pidió a los militares respetaran su vida como dirigente social.

Los gobiernos preocupados por el bienestar social dan sustento a la educación y el conocimiento. A tres semanas de su gobierno Felipe decretó la creación de la Universidad Nacional del Sureste (hoy UADY), la Institución educativa superior más importante de su tiempo en el sureste de México. Asimismo más de 450 escuelas en todo el Estado. Posteriormente, declaró de interés Público, reglamentando la industria henequenera; decretó la Comisión Local Agraria. Promulgó leyes de Previsión Social, del trabajo, y del inquilinato. Estableció los bautizos socialistas y las bodas comunitarias, así como la promoción del control natal e hizo la traducción de la Constitución de 1917 a lengua maya.

La historia no registra actos de protesta por el magnicidio que fue bien encubierto por los medios de comunicación e información de la época. Sólo don Braulio Cuá, en Muna, tuvo la osadía digna de protestar públicamente por el crimen. Es claro que la conciencia crítica y la rebeldía no alcanzaron a mover la indignación del pueblo Yucateco, como sucedió con Efraín Calderón Lara, quien dejó una estructura sindical de herencia a sus seguidores. Hoy no queda más que recuerdos, que como los de Carrillo Puerto, no pueden morir, mientras gente como las que hoy nos reunimos, tengamos memoria[email protected]

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