Cumple 40 años una secundaria de Kinchil en honor a la heroína maya Felipa Poot

Por Jesús Solís Alpuche

Homenaje de jóvenes a Felipa Poot

Homenaje de jóvenes a Felipa Poot

El 1 de octubre pasado la Escuela Secundaria Técnica de Kinchil cumplió 40 años como “Semillero de porvenir” en la población, afirmó el maestro Jorge Alberto García Encalada, en la conmemoración del aniversario.

Fue un magnífico evento artístico que incluyó remembranzas históricas de archivo y en vivo de maestros fundadores que estuvieron ahora presentes como invitados, entre ellos su primer director, Alfonso Pliego Lewis, cuyo buen recuerdo está arraigado en la población de 50 a 60 años en esta población.

Si bien la Escuela Secundaria cumple 40 años de su fundación, nació en 1976 con el Núm. 18 y con carácter agropecuario, es importante señalar que no fue sino hasta 2001, en la coyuntura de la Reforma Constitucional en materia de Derechos Indígenas, es cuando se logra su nominación como Felipa Poot.

En mi intervención subrayé la importancia del carácter político de la educación y las raíces de identidad desde nuestro patrimonio histórico y cultural como pueblo indígena maya. La importancia de visibilizar la personalidad de Felipa Poot, que hasta 1986 ­–­50 años después de su asesinato, el 27 de marzo de 1936– seguía siendo la mujer revoltosa, vergüenza del pueblo, que las propias mujeres de Kinchil mataron por romper el paradigma de género en la política.

La imagen de Kinchil como pueblo violento, de revoltosos y asesinos creció por la desinformación que la misma prensa reaccionaria le había dado desde los años veinte, cuando los dzules chocaron y exterminaron a familias indígenas. Durante todo ese tiempo, de 1936 a 1986, se había ocultado las causas del asesinato de Felipa Poot y otros kinchileños, en una confrontación de campaña electoral entre callistas y cardenistas partidarios del reparto agrario que el presidente Lázaro Cárdenas tenía en agenda, lo mismo que la expropiación petrolera y la Educación Socialista, que al llegar a Kinchil dio a conocer los derechos económicos y sociales de los campesinos mayas que los hacían trabajar de sol a sol en la producción del henequén.

Y empecé a visibilizar la realidad del asesinato de Felipa, así como la realidad de Kinchil, pueblo ofendido, por la manipulación y desinformación de los hechos y sus causas en 1936, porque no es posible soportar la carga de difamación política contra el pueblo en que nací.

Jóvenes jaraneros de Kinchil

Jóvenes jaraneros de Kinchil

Expuse que los cientos de jóvenes y señoritas de la Escuela Secundaria Felipa Poot deben comprometerse con sus raíces: Kinchil es un pueblo original que se menciona en las Profecías del Chilam Balam en relación con el 13 Ahau Katun Kinchil Cobá, como Chachalaca de rostro solar es el asiento del decimotercero Katun: “Se engrandecerá el ramillete de los Señores de la Tierra por la universal justicia…”

Kinchil también es tema de importantes plumas nacionales como de Antonio Betancourt, Fidelio Quintal, y Martín Luis Guzmán, miembro de la Real Academia, e investigadores extranjeros actuales que en materia de género han escrito amplios ensayos sobre la educación en Kinchil el cardenismo y Felipa Poot.

El conocimiento y la educación nos deben dar a conocer y entender uno de los fenómenos actuales más importantes que es la globalización. El impacto de las comunicaciones y los mercados dominantes. Y el sentido de identidad necesario de desarrollar en la dinámica global-local, fenómeno que permite entender la importancia del sentido de identidad con nuestras raíces y pertenencia. De lo contrario nuestra educación y cultura será de catalejos.

Para comprender las identidades a partir de la relación global-local es necesario tener en cuenta dos elementos constitutivos. Por un lado, que las identidades provienen de una doble situación: primero, de la condición de pertenencia que expresa la vida en la comumidad, al género, a la clase, a la generación o a la familia y, segundo, de la cualidad funcional que se asume desde el rol de hincha dirección social dominante y su impacto transcultural, la propagada desde las grande metrópolis y centros de poder económico, del que sólo nos puede defender el arraigo consciente a nuestra comunidad nacional. En esto la educación tiene una responsabilidad y valor fundamental.

Para ser sometidos completamente, a partir de la invasión colonial que se inicia en 1519 nuestro pueblo maya y demás pueblos originales, son atacados en los valores más arraigados de su patrimonio cultural tangible e intangible. Sus documentos y monumentos son quemados y sepultados.

Bailable en la cancha cívica

Bailable en la cancha cívica

La lengua castellana es impuesta como lengua oficial por más de 500 años; pero nuestros pueblos todo este tiempo conservaron sus lenguas originales y sus usos y costumbres, como una forma de resistencia. Hasta 2001, gracias al levantamiento zapatista en Chiapas, en contra del Tratado de Libre Comercio (TLC), que excluye de los procesos de desarrollo a más de 10 millones de los llamados “indígenas” y permite una nueva invasión de las multinacionales, el gobierno accede a reconocerle derechos culturales a nuestros pueblo originales. Hoy nuestra lengua maya es de importante estudio para políglotas e intelectuales de diferentes nacionalidades, que vienen a Yucatán sólo por el don de entender y hablar la lengua maya.

Sin embargo no todos los pueblos se asumen como originales en la defensa de su patrimonio. Y las tierras y territorios, por las que a Felipa Poot y otros dirigentes campesinos les fue arrebatada la vida, conforme a las nuevas leyes de privatización, están regresando a manos del latifundismo. Alimentación es poder, y toda la alimentación proviene de la madre tierra. La educación técnica tiene que incluir en su programa de impartición, la soberanía y autosuficiencia alimentaria de nuestros pueblo como base de la cultura, de lo contrario, si no producimos lo que nos comemos, seguiremos viviendo bajo la amenaza de las grandes multinacionales que monopolizan la distribución de los alimentos,

Kinchil dispone de más de 41 mil hectáreas de patrimonio ejidal en inminente peligro de perderse al pasar a manos privadas, con el futuro de las nuevas generaciones. Y es aquí donde el carácter político de la educación tiene un valor intrínseco para la conciencia como auténtica semilla del porvenir. [email protected]

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