Alerta de violencia en Kinchil a causa del despojo de tierras

Kinchil es una población en la que aún mantenemos algo del México Profundo.

Como Kanxoc, mantenemos una historia con matices violentos. Martin Luis Guzmán, al escribir sobre los “Maestros Rurales” en 1946, pone en boca del profesor enviado a abrir la Escuela Rural : “Para los maestros rurales Kinchil era el pueblo más temido entre todos los de Yucatán; la sola fama de su violencia nos sobrecogía de espanto…” y ningún maestro aceptaba traer la enseñanza a esta comunidad. Pero el profesor vino y así empezaron las cosas a cambiar.

El gobierno de Lázaro Cárdenas, cuya 3ª. Transformación(según el presidente Andrés Manuel López Obrador) nos trajo educación, reparto agrario y la expropiación petrolera. Cosa que hoy muy pocos saben, que en Kinchil, poco más de un año de las enseñanzas del maestro rural (1935-36), se protagonizó uno de los episodios más violentos que intentó impedir que Lázaro Cárdenas cumpliera con el compromiso estelar de su plan sexenal: el reparto agrario en Yucatán, y perdieron la vida el 28 de marzo de 1936 Felipa Poot, Baltazar Canul, Bonifacio Madera y otros kinchileños en una confrontación armada con los callistas-gualbertistas, que les tendieron una trampa esa noche en un predio de las calles 20 por 25 de esta población.

Mucha sangre y lágrimas ha corrido en este valeroso pueblo que por mucho tiempo después fue ofendido y calificado como sangriento y violento por naturaleza. Cuando hemos expuesto las causas sociales que los kinchileños han defendido para conservar su patrimonio, que es la tierra, el agua y la naturaleza viva, otras plumas se encargan de argumentar motivos superfluos para ocultar la verdadera índole de los conflictos, como son la defensa consciente del patrimonio territorial.

Uno de los graves problemas que enfrenta la 4ª. Transformación es la incertidumbre en la tenencia de tierras ejidales, situación que se generó a partir del asalto de gobierno neoliberal que se inicia con la firma del Tratado de Libre Comercio el 17 de diciembre de 1992, que es cuando se reforma el Art. 27 y se flexibiliza la figura de propiedad ejidal. Asimismo, desaparecen la ley de crédito ejidal y los derechos a pensiones y seguro social. Esto obligaría a los ejidatarios a transferir sus derechos, pero también a entrar en graves conflictos, pues la mayoría de las negociaciones en la materia son derivados de la ambición de fraccionadores inmobiliarios que en su afán de contar con tierras baratas para construir fraccionamientos engañan a los ejidatarios para obtener jugosas ganancias. O lo que es peor, de traficantes de estos patrimonios territoriales para megaproyectos que afectan el medio ambiente y los acuíferos, como hoy sucede con Keken.

Así, la tenencia de la tierra actual en el Estado de Yucatán que, en cifras aproximadas, es de 3 millones 934 mil hectáreas, de las cuales 2 millones 536 mil 715 son ejidales, 773 mil 495 particulares y 894 mil 550 terrenos nacionales, baldíos y fundos legales, entraron en serios conflictos de linderos y colindancias. En la entidad existían 136 mil 762 campesinos (sujetos) con derechos agrarios en vigor, en 737 ejidosque contienen 2 millones 218 mil 176 hectáreas.  

El profesor Jesús Solís Alpuche, en foto de archivo

Fueron 698 de 737 ejidos y 109 mil 655 ejidatarios entraron al Programa de Certificación Procede en Yucatán y según el resumen ilustrativo de la problemática de tierras hay una superficie en conflictos de más de 792 mil 670 hectáreas que no se han podido regularizar por causa de que no hay entendimiento de las leyes. En el río revuelto de la ignorancia de derechos agrarios, de 1992 en que se reformó la ley agraria hasta la fecha, la incertidumbre, los conflictos de intereses sembrados entre los ejidatarios a quienes les crean falsas expectativas para que cedan sus derechos, ha impedido la regularizaciónen forma transparente y legítima, que exigimos responsablemente, posesionarios y avecindados, aclarando siempre que los conflictos que ocasionan, como en este caso unos 100 ejidatarios, nos afectan a 9 mil kinchileños.

No obstante estos sentimientos de conservación y tradición de defensa del patrimonio, se imponen factores, estrategias y objetivos de diversos actores, como el caso de la empresa Kekenque le urgen 1500 hectáreas para justificar sus excedentes de producción, y así se empieza a inquietar a pequeños grupos que hoy reclaman la parcelación, y a la que grupos de ejidatarios formados a la luz del PRIAN y la CNC exigen “derechos” de vender.

Y así, la crisis de 1935-36 cuando la 3ª. T del Presidente Cárdenas hoy parece repetirse. Es el hecho de que un grupo faccioso intente desconocer al actual comisariado ejidal, porque supuestamente se niega a la Regularización del territorio ejidal, lo cual es totalmente falso, puesto que el 28 de agosto de 2018 se realizó la asamblea para tal fin, pero ahora la exigen de nuevo para justificar la remoción del comisariado. Con esto, pretenden alcanzar sus abjetivos de privatización, incluso asesorados por ex funcionarios como el Lic. Gaspar Loría, lo cual es preocupante porque conoce todas las artimañas en materia de privatización ejidal.

Esta situación nos remonta a las tácticas que usaron los callistas en 1936 que asesoraron al grupo de kinchileños confundidos, sirviendo así a los intereses de los terratenientes y hacendados que mantenían en su poder la tierra, el agua y los montes, razón por la que se oponían al reparto agrario y el plan sexenal del presidente Cárdenas.Hay que decirlo y advertirlo,que la historia se puede repetir. Debemos tener mucho cuidado. Pido responsabilidad y que nuestro pueblo, y todos los pueblos de Yucatán abra bien los ojos en la defensa de su patrimonio. Cesen las mentiras y la manipulación. En Diario Por estode ayer Fausto May Pisteresponsabiliza a su contrincante Martin Solís Rodríguez, de lo que le suceda a él y su familia. No habría ninguna necesidad de esto. [email protected]

Por Jesús Solís Alpuche
Profesor jubilado y activista | [email protected]

Profesor jubilado, promotor cultural y veterano activista

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