Los padres de la quinceañera de Tahdziú que fue maltratada por el sacerdote Manuel Leobardo Chuc Canté que le oficiaba la misa el sábado pasado, están indignados y piden un castigo para el clérigo, según declararon a MayaPolitikon.com en sendas entrevistas telefónicas Medardo Balam y Angélica Puc.
“Me ha indignado mucho la forma en que trató a mi hija frente al altar. Tuvo suerte que no sea yo un hombre de tragos, porque de estar bebido habría yo perdido el control y me hubiera abalanzado sobre él, que ganas no me faltaron pero tuve que controlarme”, dijo Medardo Balam en lengua maya.
“¡Cómo no va a dolerme mucho ver la forma en que jaloneaba a mi hija mientras le decía cosas que no venía al caso! ¡Casi le arranca las pestañas a mi hija!
“Mi hija –dijo– está cumpliendo quince años; no se está casando”, enfatizó el padre de Maricela Balam Puc, refiriéndose a consejos y advertencias sobre sexualidad que le estaba dando el sacerdote a la jovencita .
“Ya la llevamos ante el altar para agradecer a Dios el don de la vida y estando en la misa no creí conveniente ir por mi hija y sacarla de ahí, aunque eso hubiera querido hacer”, señala a su vez Angélica Puc.
“Pero eso sí, me dolió mucho en ese momento y me sigue doliendo todo lo que el sacerdote nos hizo ante al gente, porque no tenía por qué –añade–. No podía hacer nada más, sólo sufrirlo y soportarlo hasta que terminara la celebración. ¡Le jaloneó tan fuerte la nariz de mi hija que casi la hace caer!”
Después de la misa, el padre se llevó a la quinceañera a la sacristía para confesarla, porque en la celebración le había administrado la Hostia sin confesión, con la condición de confesarse inmediatamente después.
“Pero en tres ocasiones no quiso atendernos”, cuenta la madre de la joven. “Dos veces nos citó ex profeso aquí en Tahdziu pero luego salía con que tenía que hacer y nos quedábamos sin confesión. La tercera ocasión en que nos falló fue este sábado antes de la misa, porque llegó atrasado media hora, pero luego nos regañó en público que por qué no nos confesamos. ¡Nosotros cumplimos todos los requisitos que nos pidió la parroquia: sólo nos faltó la confesión pero porque él nunca nos los dio!”
“Yo sólo quiero una cosa: un castigo para el sacerdote que nos humilló delante del pueblo y en plena misa”, indica Angélica Puc.
Respecto a su hija, dice que no ha tocado con ella el tema del incidente porque es muy vergonzoso y no quiere hacerla sentir mal de nuevo.
MayaPolitikon no pudo hablar con Maricela porque había ido a la escuela.
Chambelanes y damas están muy enojados con el sacerdote, pero se contuvieron de expresar su enojo por estar en un lugar sagrado y por respeto a los demás. Sólo comulgaron dos de ellos.
Manuel Chuc, desde su ordenación, parece le ha tocado asistir en parroquias de ciudades grandes, como Valladolid y Umán. Antes parece haber estado en la parroquia de Chuburná. Hoy día sirve en la parroquia de Peto, a 120 kilómetros de Mérida.
Por la misa de XV Años la familia de Maricela pagó 600 pesos a la parroquia.
El padre Manuel Chuc celebra la misa en Tahdziu todos los domingos a las 6 de la tarde.