“Rituales sangrientos no son propios de los pueblos mayas”

POR JESÚS Solís Alpuche

Un pavo es llevado al ritual anual, como cada 21 de enero, en Dzitás

Foto Raúl Manzanilla Haas / Un pavo es llevado al ritual anual, como cada 21 de enero, en Dzitás, en días recientes

Ayer recibí de Erika Samara Roldán, de Cancun, Quintana Roo, notas dirigidas al Gobernador de Yucatán Rolando Zapata, a Seduma y a otras secretarías del gobierno de Yucatán, en que denuncia supuestas tradiciones de los pueblos mayas nativos, que por su violencia sangrienta contra un ave piden su prohibición, como es el caso del kotz kaal pato.

En la denuncia, Samara Roldán se queja de que después de una lluvia de tuites que realizaron hace un mes el gobierno del Estado de Yucatán no dé respuesta.

Con todo respeto a los lectores voy a dar mi opinión respecto a estos usos y costumbres tan arraigadas, ya que hace más de 50 años en mi pueblo se dejaron de practicar e ignoraba que en otros lares de nuestro Estado se seguían considerando tradición.

Y si es así, de ninguna manera son parte de la cultura maya prehispánica. He dicho y lo reitero: Como los cohetes (voladores), las corridas de toros, las alusiones escatológicas a los órganos genitales en lengua maya “pol a kep, jol a wit, peel a ná y k’oox dzis”, no son parte connotada de la lengua madre. Porque para los mayas los órganos genitales eran sagrados y, por ejemplo, los k’oyazos (intento de introducir el dedo en el ano del semejante sobre la ropa, así como la tocada de posaderas incluso entre mujeres) no son usos y costumbres mayas, sino de los encomenderos españoles que fueron imponiendo para destruir nuestra cultura nativa y espiritualidad mayense.

La mejor táctica de colonización cultural fue la de acabar con el respeto a los órganos reproductivos considerados sagrados violentando la intimidad del sexo. También rompiendo el vínculo de interacción que había entre los originarios y la naturaleza: flora y fauna. La deidad de Xtab fue convertida en Wáay (Xtabwáay). Y el árbol sagrado, el árbol primero (Yáax che’) de la ceiba fue demonizado como su casa.

Como las corridas de toros, el kotz kaal pato, el kotz kaal tzo y hasta los k’oyazos forman parte de una estrategia violenta de la colonia, como muchas otras para destruir la espiritualidad interactiva maya con los seres de la naturaleza. Roto este vínculo se rompió el vínculo con Dios y con el Universo. Y todos los males del mundo los tenemos encima los mayas. Por eso los gobiernos respetan estos los usos y costumbres impuestos por la colonia y soslayan las denuncias. Es bueno que lo sepan para que nadie crea que se defienden usos y costumbres nativas de nuestros pueblos originarios. [email protected]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

subir