Por la Asamblea de Defensores del Territorio Maya “Múuch’ Xíinbal *
Mérida, 1 de mayo (Asamblea de los Defensores del Territorio Maya “Múuch’ Xíinbal” ).– La península de Yucatán sufre en la actualidad diversas amenazas en su territorio, tanto a su biodiversidad como a la cultura de su pueblo originario, a sus usos y costumbres, tradiciones y valores. La riqueza que abrazan en ello desde tiempos inmemoriales es vasta, la cual ha sido heredada de generación en generación obedeciendo a sus cosmovisiones y modo de vida. La cultura y sabiduría Maya ha sido reconocida y admirada mundialmente por un sin fin de aspectos que al transcurso de los años, con los cambios políticos, económicos y sociales del país, se ha visto minada por su mercantilización principalmente a través del turismo, que ha causado un impacto voraz las últimas cinco décadas. La deforestación que ha sufrido la Península de Yucatán es alarmante y con ello se ha incrementado el riesgo de desaparición para muchas especies de la flora y la fauna. La biodiversidad es un componente esencial en la cultura Maya, ya que está estrechamente vinculada en la forma de vida de su pueblo y sus conocimientos tradicionales; de tal suerte que si la biodiversidad de su territorio es devastada, esto repercute igualmente en la situación de su cultura.
Desafortunadamente para las autoridades locales, estatales y nacionales, la ganancia comercial ha significado un motivo más fuerte que la conservación de la naturaleza y el respeto a la vida tradicional de sus pobladores. Las empresas, desarrollos comerciales y hoteleros son favorecidos sobre valores de una cultura que dibujan en el pasado precolombino, cuando sigue formando parte del presente pueblo Maya.
La explotación del territorio, la privatización, y el cambio de valores los justifican en nombre de un supuesto desarrollo económico, que no se refleja en la situación de las comunidades empobrecidas, socavando también sus valores de respeto y amor por las selvas que es donde sus prácticas y conocimientos tradicionales heredados les han dado alimento y sanación.
Lejos de buscar la conservación de la biodiversidad y tomar en cuenta a la gente local buscando soluciones sostenibles y equitativas, el interés de instituciones y organizaciones nacionales e internacionales ha extendido sus modalidades para generar riqueza. El objetivo es ahora el comercio de recursos genéticos y los beneficios que pueden obtener con su privatización por medio de patentes. Es decir, estos actores buscan en el conocimiento biocultural de los pueblos originarios la oportunidad para utilizarlos de manera ilegítima como investigación científica y de mercado, despojando a las comunidades indígenas de su autoría, así como de la repartición transparente y justa de utilidades. Sin embargo, ese no es el único daño.
El uso comercial que se centra en una práctica o en una especie que solía ser elemento cultural con valores diferentes, le da un giro de explotación industrial, lo cual afecta negativamente la ecología del entorno: a la biodiversidad y a la cultura. También, con la apropiación de la patente, el acceso libre de determinada planta, o elemento de la naturaleza, queda restringido en especie y por costo, lo cual despoja a los poseedores originarios de su utilización.
A través del Protocolo de Nagoya, vigente en México desde el año 2014, se legaliza la biopiratería para acceder a riqueza genética de comunidades locales o indígenas de nuestro país por parte de empresas nacionales o internacionales. La biopiratería se realiza principalmente por firmas farmacéuticas, agroalimentarias, o cosméticas quienes utilizan elementos de la naturaleza tales como plantas, semillas, hojas, animales, etc, copiando las técnicas de las comunidades que las usan ancestralmente para alimentarse o curarse.
Estas empresas se adueñan del conocimiento que las comunidades han desarrollado a lo largo de su historia, ahorrándose grandes inversiones en investigación y elaboran productos que presentan como innovaciones, los cuales son monopolizados por medio de patentes que les dan el derecho de propiedad intelectual con la exclusividad para la venta de la innovación.
El protocolo de Nagoya y el sistema de patentes son una nueva forma de colonizar las comunidades indígenas por medio de la apropiación y mercantilización de seres vivos o elementos de los mismos de su territorio, así como de los conocimientos tradicionales de una cultura local para expandirse a mercados globales.
Según la organización Colectivo para una Alternativa a la Biopiratería, la biopiratería se manifiesta en tres etapas: La primera es denominada bioprospección, en la cual un individuo normalmente extranjero perteneciente a una empresa o cercano a ella realiza un viaje y bajo la identidad de un turista observa conocimientos bioculturales de pueblos indígenas de los cuales pregunta y aprende detalles de técnicas, sus saberes y usos.
En la segunda etapa, el biopirata comparte muestras y toda la información clave sobre el elemento de la naturaleza del cual los científicos extraen el agente que contiene las propiedades terapéuticas o cosméticas. Esta etapa es crucial, ya que esta intervención humana sobre la naturaleza le da carácter de innovación y brinda el derecho de propiedad.
La tercera etapa es la patente que garantiza una técnica para crear un producto transformando bienes comunes en privados. Mediante la patente, el laboratorio, empresa o persona que se denomina como inventora se convierte en el dueño del medicamento o producto cosmético realizado con la base biológica y los conocimientos tradicionalesasociados.
Es lamentable que el neocolonialismo de la biopiratería haya llegado a tierras Mayas y esté amenazando la práctica y conocimientos ancestrales de la meliponicultura, a su abeja sagrada Xunan Káab, y a los derivados de sus colmenas que de manera tradicional se le atribuyen propiedades curativas, cosméticas y de nutrición.
Podemos decir que todo inició a raíz de que la Fundación Melipona Maya y su fundador el Sr. Stephane Palmieri de origen fracés, oficializaran en Octubre del año 2013 sus actividades en el estado de Quintana Roo con el objetivo de “retornar la semilla de la meliponicultura” a las comunidades Mayas. Cabe destacar que la meliponicultura Maya ha tenido un declive significativo por diversos factores, y ha sido catalogada por diversos académicos como en vías de desaparecer. Sin embargo, ésta aún es practicada y persiste en distintos puntos de la Península de Yucatán en manos de indígenas Mayas al igual que aún existen en vida silvestre colonias de Melipona beecheii y abejas nativas que luchan también por los embates de la destrucción de su hábitat y el cambioclimático.
El Sr. Stephane Palmieri fundador de la Fundación Melipona Maya FMM realiza sus acciones a través de varios planes en los que destacan el “Plan de rescate del patrimonio genético” (el cual emprendió en 2013 y 2014) y el “Plan de regreso de las semillas de meliponas” (en los años de 2014 y 2015) . En la página web de la FMM, se describe: “ Tenemos meliponarios de reproducción de colmenas en las comunidades de la zona Maya de Tulum. En todos los meliponarios firmamos un contrato de cooperación. Este contrato especifica la propiedad de las colmenas de la Fundación, el uso fruto de la miel y las condiciones de utilización de las nuevas colmenas” , limitando absolutamente la autonomía de una tradición que les pertenece por herencia a las comunidades Mayas, convirtiéndose en empleados de un modelo de negocio ajeno a sus costumbres, y en todo caso, del cual no son ellos los principales beneficiarios.
La Fundación Melipona Maya promociona un video en donde las abejas meliponas describen: “los antiguos Mayas nos abandonaron por nuevas cosas y dinero” mientras se puede observar una motosierra cortando un árbol de amplio diámetro y posteriormente un desastre de árboles talados en la selva.
¿Cuál fue la primera semilla de la Fundación Melipona Maya?
En la página de la misma Fundación, se hace alusión de los orígenes de la fundación en la sección “Nuestra historia”, con una descripción no del todo clara, en donde se menciona el interés por el rescate de la meliponicultura por parte del Sr. Stephane Palmieri desde el año 2010. Así mismo, en su página web se muestra evidencia en fotos y videos en los cuales es visible la recolección de “la primera semilla de la Xunan Kaab” por medio del saqueo tanto de troncos vírgenes talados de la selva, como extraídos de las comunidades Mayas, en donde hobones tradicionales que han sido heredados de generación en generación por sus familias, fueron comprados por el Sr. Palmieri para llevarlos a distintas locaciones.
Fotografías y videos institucionales de la FMM muestran a personas en la selva realizando cortes en troncos con motosierra para extraer las colmenas y colocarlos en cajas. También la web presume un video en el “Hotel Don Diego de la Selva” propiedad del Sr. Stephane Palmieri, donde ante las cámaras de TV Azteca en red nacional cortan un antiguo hobón sagrado para “realizar una transferencia” de su colmena a sus cajas de madera en forma de cubo.
Así, continuaron las actividades en el Hotel Don Diego de la Selva y en otras localidades del estado de Quintana Roo, también con cursos y talleres realizando transferencias de hobones a cajas, tal como se muestra en el video de la FMM en la localidad de San Juan de Dios Tulum, Quintana Roo publicado con fecha 2014
Todo para iniciar un “plan de rescate del patrimonio genético” con más de 200 colmenas madres. Pero, en realidad ¿cuál ha sido la magnitud de la agresión y daño ecológico para consolidar en el camino a las más de 200 colmenas madres que el Sr. Palmieri y la FMM causaron desde el año 2010? ¿Cuántos árboles fueron cortados ilegalmente para extraer las colmenas? ¿Qué puede decir la PROFEPA de este crimen ecológico? Cuántos hobones tradicionales sujetos de arrebato fueron comprados y destruidos para su tecnificación?
Con el “Plan de regreso de las semillas de meliponas” las actividades se extendieron entonces a varias localidades de Tulum Quintana Roo, en donde las humildes familias Mayas construyeron meliponarios para recibir en “comodato” las colmenas en cajas de madera por parte de la FMM. El atractivo turístico para Don Diego de la Selva crecía con cada evento de inauguración de los nuevos meliponarios en medio de ceremonias folklorizando rituales de la meliponicultura Maya con niñas vestidas de abejitas bailando, jovencitos disfrazados de jaguar, música étnica, sacerdotes Maya y personajes de la comunidad indígena con vestuarios peculiares.
El comodato es entonces una manera en que las comunidades Mayas reciben a sus colmenas siendo condicionadas y despojadas por la FMM de una herencia que por derecho les pertenece. Además, participan mediáticamente con ceremonias deformadas de su cultura para servir en beneficio de una empresa que vela por los intereses del “uso fruto de la miel” y no especialmente por el pueblo Maya y sus prácticas ancestrales. Prueba también de ello es un evento celebrado en el hotel Don Diego de la Selva, en donde el Sr. Palmieri describe el sueño que tuvo la dueña de la empresa francesa Ballot-Flurin en Francia, donde la abeja Xunan Kaab le cuenta una historia que la inspira y así decide buscar a su amigo el Sr. Palmieri para iniciar la aventura de la Fundación Melipona Maya. “Fue como una cadena en que las abejas nos llamaron para participar con ellas y producir este oro” les cuenta el Sr. Palmieri a un grupo de niños, personas de la comunidad Maya, y turistas junto con los representantes de origen francés de la empresa cosmética y farmacéutica Ballot-Flurin. Los representantes muestran y comparten una canasta con la primera línea de productos realizados con miel melipona mostrando que pueden ser industrializados en Francia para venderlos a un precio justo en un extenso mercado en toda Europa y Estados Unidos.
Con esta promesa y con el incremento en número de colmenas que iban siendo transferidas a cajas, la FMM es apoyada por la inocencia de las humildes comunidades mayas en algunas localidades de Tulum, y por organismos internacionales tales como la Fundación W.K. Kellogg, Cooperación Alemana GIZ, y la empresa Guerlain. También la FMM recibió apoyo por el organismo nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). La FMM estableció así mismo, convenios de colaboración con las instituciones educativas como la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO) y el Instituto Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto, entre otras, para llevar a cabo sus planes de repoblamiento de colmenas.
A principios de 2017 la FMM, la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO), y el Instituto Internacional de Productividad y Capacitación Agropecuaria S.A. de C.V., presentan el “Plan de Desarrollo de la Meliponicultura en Zonas Indígenas de Quintana Roo” a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (SEDARPE) de Quintana Roo, del cual se autoriza la primera fase del plan en la modalidad de “proyecto estratégico”, sin aplicar al proceso oficial de convocatorias.
La autorización del proyecto en la fase uno consta de dos etapas. La primera etapa de la fase 1 que fue ya realizada en el año 2017 presenta inconsistencias por parte de los números presentados por la FMM ($1,200,000.00 pesos MN) y los considerados por la SEDARPE ($1,600,000.00 pesos MN) , con una diferencia sin respaldo por $400,000.00 pesos. La segunda etapa por realizar en el presente 2018 de esta fase uno, coincide en presupuesto tanto en lo presentado por la FMM y lo considerado por la SEDARPE con un total de $2,990,000.00 pesos. Así, el total de la fase uno asciende a un total requerido por parte de la FMM por $ 4,190,000.00 pesos.
La etapa uno de la fase uno que fue autorizada del proyecto, con un monto total de $1,200,000.00 pesos, consiste en la coordinación y realización de un censo de productores existentes, un vivero, y un plan de reproducción en tres centros: la sede de la Fundación Melipona Maya en Tulum ( Hotel Don Diego de la Selva), en la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO) ubicada en José María y Morelos y en el Instituto Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto. Si revisamos los montos propuestos de esta etapa, sólo $ 250,000.00 pesos estarán destinados para el “beneficio” en capacitación no tradicional que será impartida a las comunidades Mayas aliadas con la FMM.
La etapa dos de la fase uno del plan que fue autorizada también, se llevará acabo en el transcurso del año 2018. Tiene un monto total de $ 2,990,000.00 pesos los cuales se destinarán para la construcción de dos pequeños centros de acopio en Tulum y José María Morelos, un laboratorio de procesamiento, equipamiento, capacitación especializada en prácticas de diversificación y transformación de productos, inicio de plan de comercialización, y su respectiva coordinación. Revisando los montos de igual manera podemos darnos cuenta que del total, únicamente el 11 % estaría destinado a capacitación para comunidades Mayas.
La fase dos del “Plan de Desarrollo de la Meliponicultura en Zonas Indígenas de Quintana Roo” con un monto total de $3,610,000.00 pesos MN aún no tiene asignado recurso por parte de la SEDARPE. En ella se plantea desarrollar en el 2019 módulos de producción en cada uno de los 3 municipios, la organización legal de cooperativas, capacitación para grupos, análisis de miel, consolidación de gama de productos y de comercialización. En general, el plan presentado por la FMM a la SEDARPE , no define quiénes serán los propietarios de los centros de acopio y laboratorio; tampoco menciona el porcentaje de beneficio por las utilidades de venta de miel y subproductos en el proceso del proyecto ni al final del mismo, y menos en relación de quiénes serían los dueños de las colmenas y meliponarios.
Se suma a este plan CIAJTEJ A.C. con miras a trabajar de manera colaborativa con la Fundación Melipona Maya. La participación de esta asociación será para la caracterización de las mieles de melipona en laboratorio durante el próximo año 2019 continuando con las fases del proyecto. También, es importante mencionar que la misión de la SEDARPE es Impulsar el desarrollo agropecuario y rural, mediante la planeación, ejecución de las políticas y programas sectoriales sustentables, para propiciar el desarrollo integral de las comunidades rurales del estado de Quintana Roo. Sin embargo, finalmente resulta claro que en este proyecto, la sustentabilidad de las comunidades Mayas no es integral ni están directamente favorecidas. El apoyo se brinda a instituciones y organismos ajenos a las comunidades Mayas y vela por la industrialización de una práctica milenaria que nada tiene que ver con las tradiciones, usos y costumbres de su cultura. Para colmo es Lamentablemente que al brindar el apoyo a otras instituciones como a la FMM, se apoye al saqueo de la selva, y al despojo de la cultura tradicional de la meliponicultura para el beneficio de unos cuantos.
“O por las buenas … o por las malas “
. Desafortunadamente la desventajosa situación para el pueblo Maya aún no termina. No conformes con todo lo que ha sucedido desde el 2010, la Fundación Melipona Maya es partícipe de biopiratería en contubernio con el director del Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto Diego Ramón Briceño Domínguez y presidente del Centro de Estudios Biológicos, Medio Ambiente y Recursos Naturales A.C. (BIOMAR A.C.), la Cooperación Alemana GIZ, la empresa Expanscience, y apoyados por la CONABIO y la SEMARNAT con el “Proyecto de Nagoya para el Acceso a Miel de Melipona en Zonas Indígenas de Quintana Roo, México”.
Este proyecto, fue presentado por primera vez por el Sr. Stephane Palmieri de la Fundación Melipona Maya en las instalaciones de la Comisión Nacional para el desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en Felipe Carrillo Puerto y fue rechazado en el año 2017.
Posteriormente, a principios del presente año 2018, el mismo proyecto fue presentado nuevamente, pero por Diego Ramón Briceño Domínguez presidente de BIOMAR A.C. En esta ocasión, CDI autorizó apoyando con $60,000.00 pesos al proyecto en la fase de su protocolización y para así oficializar el despojo de los conocimientos asociados a la meliponicultura a todo el pueblo Maya.
El documento del proyecto, menciona que en el año 2017, la miel de Melipona beecheii fue incluida en la lista Internacional de Ingredientes Cosméticos, como uno de los elementos aprobados para su uso en la cosmética. Describen que “esto permite a empresas dedicadas a la cosmética a que inicien con la búsqueda de ingredientes activos en la miel de melipona” y que para proteger el recurso genético y los conocimientos tradicionales asociados a ella se debe plantear un protocolo de Nagoya, para que sea posible ser partícipe a las comunidades Mayas de sus beneficios de manera justa y equitativa. ¿ Quién o quiénes promovieron la inclusión en esa lista internacional a la miel de la Xunaan Kaab?
Comentan que a finales del año 2017, el laboratorio farmacéutico y dermocosmético francés Expanscience, contactó a las Cooperativas de la Zona Maya de Tulum Quinta Roo para la adquisición de miel melipona con el objetivo de desarrollar en sus laboratorios productos cosméticos para la piel. Así, en el transcurso de los próximos meses, las cooperativas Mayas integradas por 55 representantes jefes de familia de la zona indígena de Tulum y que ya son productoras de miel melipona, estarán en negociaciones con la empresa farmaceútica Expanscience, con la finalidad de implementar el Protocolo de Nagoya para la comercialización de productos.
Durante el año 2017, la Cooperación alemana GIZ y la CONABIO brindaron a las cooperativas Mayas de Tulum, un taller de “Cadena de valor bajo la metodología ValueLinks”, y recomendaron de suma importancia acompañarles en el proceso del Protocolo de Nagoya por medio de talleres para la observancia de los principios bioéticos y de los beneficios con distribución justa y equitativa así como de los derechos de los indígenas, protección del recurso biológico y los conocimientos tradicionales asociados.
Al final, en el contrato presentado ante la CDI de Felipe Carrillo Puerto, la Asociación Civil BIOMAR cierra con broche de oro con el siguiente párrafo:
“En caso de no desarrollarse el Protocolo de Nagoya, entre el laboratorio francés y las comunidades indígenas de la zona Maya de Tulum, el recurso genético y los conocimientos tradicionales asociados a ella, quedará a disponibilidad de la empresa, pudiéndola patentar y gozar de sus beneficios de manera exclusiva y sin la obligación de compartir con los guardianes del recurso biológico”
Es decir, en caso de que las comunidades Mayas no firmen de común acuerdo este proyecto, BIOMAR A.C. amenaza con todo el dolo y la amenaza de adueñarse de la genética de la Melipona beecheii y de las propiedades de su miel, así como de todo el conocimiento tradicional asociado para patentarlo y usarlo sin reconocer a los que por siglos han sido sus guardianes.
En este maquiavélico proyecto contra el pueblo Maya y su Meliponicultura tradicional están involucrados en alianza estratégica: La Fundación Melipona Maya, BIOMAR AC y el Instituto Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto quienes de manera comprometida firmaron un convenio desde el año 2016 para la construcción y puesta en marcha de un centro reproductor de colmenas de Melipona becheii para apoyar al presente proyecto contando con las 9 cooperativas aliadas de la fundación Melipona Maya.
Se suman a este lamentable proyecto la Semarnat, la Conabio, la CDI, la Cooperación Alemana (GIZ) y Expanscience que es una empresa dedicada a la industrialización de productos en dermatología y reumatología reportando ventas en el año 2016 por 300 millones de pesos en México.
A continuación se mencionan personalidades que formarán parte de los talleres de capacitación a los 55 representantes de 9 cooperativas de la zona Maya de Tulum para la firma del protocolo en el mes de Octubre del presente año 2018 acompañados por el Sr. Stephane Palmieri, presidente de la Fundación Melipona Maya:
Responsable del Proyecto: Diego Ramón Briceño Dominguez
Facilitadores
Eduardo Sánchez López, Ingeniero en RecursosNaturales
Renovables por la Universidad Autónoma Chapingo, y Máster en Administración y Desarrollo de Negocios Sostenibles
Ivonne Cruz Santander, Ingeniera Bioquímica con especialidad en Biotecnología por el Instituto Tecnológico de Mérida, y Maestra en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos Naturales por el Centro de Investigaciones Biológicas del
Facilitadores invitados:
Alejandra Barrios, directora de regulación de bioseguridad, biodiversidad y recursos genéticos.
Regina Sánchez-Sosa, asesora de la cooperación alemana (GIZ).
Supervisor: Stephane Palmieri, Psicólogo, empresario y presidente de la Fundación Melipona Maya.
Quienes nos despojan de nuestros conocimientos, de nuestras abejas y de nuestro territorio son los mismos piratas que llegaron hace más de 500 años, sembraron su ensangrentada bandera en medio de nuestras comunidades mayas como hoy siembran sus hoteles después de arrasar los manglares, el jobón de nuestras abejas y trozar con sus motosierras la dignidad del pueblo maya.
Las comunidades mayas de la península de Yucatán organizadas en Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal denunciamos este robo, este despojo de extranjeros coludidos con las instituciones de nuestro país, la han hecho con las semillas, ahora lo hacen con las abejas meliponas y con nuestro territorio. Les mandamos un mensaje, no se los vamos a permitir, caminaremos lo necesario para defender lo que por derecho histórico nos corresponde.
Tabla donde aparecen las comunidades participantes del proyecto protocolo de Nagoya, en cuyo documento no se mencionan los nombres de las cooperativas ni a sus integrantes.
Cooperativas publicadas con un mapa interactivo por la FMM
Meliponario cooperativa Flor de Anicab
Meliponario cooperativas EjoolCab
Meliponario cooperativas BalamNaj
Aniceto Caamal y presidente del Centro de Salvaguarda de Usos y Costumbres Maya siglo 21.
Meliponario cooperativa Flor de PipiChe
Meliponario cooperativa Flor de SubsubYuc
Meliponario cooperativa Flor de Chukum
Meliponario cooperativa Flor de SacXic
Meliponario cooperativa Flor de KatzinEk
Meliponario cooperativa Flor de Baalché
Asamblea de los Defensores del Territorio Maya “Múuch’ Xíinbal”
Península de Yucatán
01 de Mayo de 2018