Adiós a los fundadores de la colonia Tres Cruces de Peto

Por BERNARDO CAAMAL Itzá

La quema del Torito en la fiestas de las Tres Cruces en Peto

La quema del Torito en la fiestas de las Tres Cruces en Peto

En los últimos dos años, los “grandes” abuelos y abuelas quienes construyeron o fundaron la colonia de las Tres Cruces (Peto) “se nos han estado yendo” y en su lugar quedan sus hijos, nietos y nueras a cargo de sus posiciones en esta colonia que nos vio nacer.

Los “grandes” que nos enseñaron a trabajar, hasta hace unos 50 años, tenían el control de estos lugares. No había tantos robos, cada uno controlaba a sus hijos y a los más flojos los llevaban a trabajar para que aprendieran los secretos del trabajo y de la vida.

“U tu máak jach’ máak’oole’ tumen ma káansab meeyaji'”, una persona que es floja es porque desde su infancia no le enseñaron a trabajar y a conocer la vida, decían mis abuelos.

El secreto es que desde a temprana edad nos involucraba en diversas actividades de la casa, como traer agua del pozo, cortar la leña, juntar los ch’ílibes, hacer pocetas o desgranar el maíz, y a las niñas a trabajar en la cocina y ayudar a su mamá o las abuelas.

No era todo de color de rosa en aquellos años, si de chamaco te ven fumando el que te ve te dice “chan xíib, le ba’ax ka beetiko’ ma’ ma’alobi’ ( jovencito, lo que haces no está bien) y uno sabe que en unos minutos más nuestros padres se van a enterar y ahí papá o mamá nos habla y nos aconseja.

Recuerdo aún en los años setenta cómo la difunta doña Delfina, entre otras rezadoras; después del Rosario de San Isidro Labrador o de alguna novena en particular hablan de lo que acontece en la colonia y de sus posibles correcciones; había convivios o fiestas familiares, independientemente de los gremios.

Mi familia, la más extensa en su momento, los Itzá, al igual que los Beltrán, Collí, Borges, organizaban desde el gremio de San Isidro Labrador, el mestizo, y en aquellos años mi abuelo don Nemecio Itzá, coordinaba y era auxiliada por sus amigos y familiares para hacer de esos momentos más emotivos, incluso contrataban a las grandes orquestas jaraneras como don Arturo González o Víctor Soberanis.

Esta colonia es la más antigua de Peto y su capilla está dedicada a las Tres Cruces, que fue rescatada de una noria de Dzonotchel. Este lugar fue el eje de atención de muchas familias, porque el 3 de mayo todos se juntaban para preparar las arepas y mientras nosotros, mientras jugábamos, íbamos por el t’vox apenas terminado el rezo, por lo que de alguna forma participamos en estos eventos comunitarios.

Hoy día muchas cosas cambiaron, pero aún los “grandes” nos atan al pasado de este pueblo y de la colonia, ellos son la historia viva de nuestras familias, y ahora que me entero de la muerte de doña Julia Beltrán, y hace unos días fue doña Andrea, y años pasados doña Otilia Avilés, al igual que varios que nos adelantaron, mi muro del Facebook le rinde un homenaje a quienes conocí a primeros años de vida en estos lugares donde nací.

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