Mérida, 2 de julio de 2018 (Mayapolitikon).– Histórica. La jornada electoral del domingo 1 de julio de 2018 es para los anales de la historia de México.
El júbilo se propagó de la metrópoli al resto del país con el virtual triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien en su tercer intento logró su propósito de convertirse en el “presidente legítimo de México”, luego de sus fallidas candidaturas consecutivas de 2006 y 2012.
Tras fracasar como candidato de la Coalición por el Bien de Todos (Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia, convertido éste hoy en Movimiento Ciudadano) en 2006 y con la Coalición Movimiento Progresista (formado por los tres mismos institutos), “El peje” logró este domingo un histórico triunfo con la Coalición Juntos Haremos Historia (encabezada por su partido Movimiento Regenaración Nacional, Morena, y sus aliados PT y Encuentro Social).
Así como en el año 2000 el entonces empresario Vicente Fox Quesada, quien se hizo de la candidatura presidencial del PAN, explotó el hartazgo mexicano contra el PRI y unió a la mayoría en torno a su campaña del “cambio” y su llamado al “voto útil”, AMLO esta vez supo aprovechar el enorme fastidio del elector –ahora ya no solo contra el PRI sino también contra el PAN y sus llamadas “reformas estructurales” que juntos aprobaron en la presidencia del priista Enrique Peña Nieto (2012-2018)– y logró vender a la mayoría su discurso de hacer realidad “la cuarta transformación de México” con sus ofrecimientos de combatir la corrupción y la impunidad y de acabar con las prebendas de “la mafia del poder”. O sea, con nada menos que con acabar con el estatus quo de los poderosos empresarios y políticos que viven en la opulencia y sin rendir cuentas de sus actos, mientras la inmensa mayoría de los mexicanos trabaja largas jornadas por una paga que no alcanza para cubrir las necesidades básicas de una familia.
Fox rompió hace 18 años la hegemonía del PRI; AMLO quebró hoy el bipartidismo del PRI y PAN en México y logró para la izquierda la histórica oportunidad de gobernar.
Alcanzó lo que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (hijo del expresidente Lázaro Cárdenas Del Río, autor de la expropiación petrolera de 1938) intentó dos veces tras romper con el PRI al no obtener la candidatura presidencia: primero en las elecciones de 1988 como candidato del Partido Auténtico de la Revolución Democrática (PARM) para perder ante el hoy expresidente priista Carlos Salinas de Gortari y, después, en 1994 como aspirante del PRD que perdió ante el también priista Ernesto Zedillo Ponce de León.
Al PRI los mexicanos lo vetaron tras 71 años en el poder presidencial (que serían 59 años sin la histórica “caída del sistema” del instituto electoral cuando Cárdenas llevaba la delantera en 1988 con el 42% de los votos y el priista Salinas, el 32%, con el 50% de las casillas computadas); al PAN lo castigaron tras solo 12 años (los sexenios 2000-2006, de Fox, y 2006-2012, de Felipe Calderón Hinojosa) y al “PRIAN”, término acuñado por AMLO, lo jubilaron luego de un sexenio de contubernio.
Los votantes este domingo salieron en masa a votar. Esta noche difícilmente haya un elector que no haya pasado horas en la espera para votar y que no se haya asoleado en alguna kilométrica fila para llegar a la mesa de votación y recibir hasta seis boletas, las de las elecciones de Presidente, Senador, Diputado Federal, Gobernador, Legislador Estatal y Alcalde.
Esta noche, en los primeros minutos ya del lunes 2 de julio, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Nacional Electoral (INE) reporta que, de los 89 millones 250 mil 881electores inscritos en la Lista Nominal (los autorizados por ley para votar), sufragó cuando menos el 62.75%. Hasta entonces solo se habían contado el 10.6% de156,840 actas de casillas esperadas, o sea 156,8490, de las cuales 13,119 son urbanas y 3,516 no urbanas (rurales).
En los comicios de 2012, que hicieron presidente a Enrique Peña Nieto, votó el 63.34% de los entonces 79 millones 454 mil 802 ciudadanos registrados en la lista nominal, informa el INE en su Boletín Elecciones 2012.
A las 00:30 a.m de este lunes 2, AMLO sumaba 3 millones 546 mil 184 votos (el 50.62%), según el PREP, para perfilarse como presidente de México; el panista Ricardo Anaya Cortés, su adversario más cercano, un millón 798 mil 116 sufragios; el priista José Antonio Meade Kuribreña, un millón 48 mil 64 votos (14.96%), y el independiente Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, “El bronco”, apenas 434,343 sufragios.
A la 1:17 a.m. ya con el 19.25% (30,203) de las actas contadas, 10,625,690 votos contados y el 62.8% de participación electoral, “El peje” aumentó a 5.652,643 (52%) sufragios; mientras Anaya llegó a 2.633,531 (24.5%); Meade, a 1.589,162 (14.8%) y “El bronco”, a 652,643 (6%).
La victoria de AMLO es histórica porque, se dice, ningún presidente de México había ganado con más del 50% de los votos. Contundente es el rechazo mexicano al PRI y PAN.
Peña Nieto, de acuerdo con el Boletín Elecciones 2012, se quedó con la Presidencia con apenas el 38.21% (19 millones 226 mil 784 votos) del total de 139 millones 169 mil 665 sufragios en 2012.
La hazaña de “El peje” fue no solo explotar el hartazgo mexicano contra la clase gobernante sino también aglutinar a personajes políticos asociados a luchas ciudadanas (como Cárdenas, quien en 2006 no respaldó a AMLO pero en 2012 le pasó la estafeta de la izquierda, y Tatiana Clouthier, hija del extinto candidato presidencial panista Manuel Clouthier, “Maquío), bajar el tomo de sus agresivos discursos de las anteriores campañas y, sobre todo, recorrer hasta los rincones del país para estrechar manos, abrazar, tomarse selfis y hablar ante multitudes que salieron a escucharlo.
Con toda esta leña echada al fuego, el pueblo mexicano, “el tigre” como dice AMLO, despertó el domingo 1 de julio decidido a darle una oportunidad a “El peje” y su partido “Morena, La esperanza de México”, al que fundó como asociación en 2011 y que obtuvo su registró como partido nacional hace menos de cuatro años, el 9 de julio de 2014. Un logró inédito para un partido.
Esta elección es también histórica porque es la segunda vez, en 18 años, en que el elector mexicano apostó al cambio radical y demostró que su esperanza aún no muere.
Hoy, 2 de julio, México amanece como tierra conquistada por los AMlovers.– Mérida, Yucatán, México.